Introducción
La prednisona es un medicamento que pertenece a la clase de glucocorticoides, uno de los grupos más importantes de la medicina farmacológica debido a su utilidad en docenas de diferentes enfermedades.
Los corticoides se utilizan en el tratamiento de enfermedades de origen inflamatorio, alérgico, hormonales, autoinmune e incluso neoplásico. Estos fármacos también se utilizan para reducir el riesgo de rechazo en pacientes trasplantados.
Por desgracia, aunque muy útil, la prednisona y otros corticoides son capaces de causar numerosos efectos secundarios, algunos de ellos no deseados cosméticamente y otros muy peligrosos, con riesgo potencial de muerte. Cuanto mayor es la dosis y el tiempo del tratamiento, mayor es el riesgo de efectos adversos graves.
En este artículo vamos a hablar, exclusivamente, de la prednisona. Si estás buscando una información más completa sobre todos los medicamentos que pertenecen a la clase de glucocorticoides, accede al siguiente artículo: Glucocorticoides – Efectos Secundarios e Indicaciones.
Este texto no pretende ser un prospecto completo de prednisona. Nuestro objetivo es ser menos técnico que un prospecto y más útil a los pacientes que buscan informaciones objetivas y en un lenguaje apropiado para el público en general.
¿Qué es la prednisona?
La prednisona es una de las varias formas sintéticas de la hormona cortisol, que es producida por la glándula suprarrenal.
El cortisol tiene acciones en el metabolismo de la glucosa, de las grasas y proteínas, actúa sobre el sistema inmunitario y el crecimiento de los huesos, tiene acción antiinflamatoria, ayuda a regular los electrolitos de la sangre, ayuda en los procesos de cicatrización, etc.
La prednisona es 5 veces más potente que el cortisol natural, lo que permite que sea utilizada en dosis suprafisiológicas, es decir, en cantidades que exceden la producción natural de cortisol.
En dosis altas, la prednisona tiene potente acción antiinflamatoria e inmunosupresora y, por lo tanto, se utiliza frecuentemente en enfermedades de origen inflamatorio e inmunológico, como veremos más adelante.
Atención: no se debe confundir prednisona con prednisolona. Ambos son corticoides y presentan indicaciones y acciones similares. Ellas, sin embargo, son medicamentos diferentes (prednisolona es un metabolito de la prednisona), con diversas presentaciones y las posologías no son necesariamente las mismas.
Nombres comerciales
La prednisona es un fármaco ya existente en el mercado desde hace muchos años. Puedes comprar en la forma genérica o bajo los varios nombres comerciales disponibles, incluyendo:
- Bersen (Chile).
- Cortiprex (Chile, Paraguay, Perú).
- Dacortin (España).
- Losinon (México).
- Monocort (Paraguay).
- Meticorten (Argentina, México, Perú, Venezuela).
- Norapred (México).
- Prednicort (Paraguay).
- Predinilag (Colombia).
- Premagnol (México).
Presentaciones
La prednisona se comercializa solamente en tabletas de 5 mg o 20 mg.
Las formulaciones en jarabe, gotas, colirios o ungüentos están disponibles solamente para la prednisolona.
¿Para qué sirve la prednisona?
El número de enfermedades que pueden ser tratadas con prednisona es tan grande que es difícil nombrar a todas.
De forma global, podemos decir que se puede indicar la prednisona en enfermedades de origen endocrina, osteomuscular, autoinmune, dermatológico, alérgico, oftálmico, respiratorio, hematológico, inflamatorio o neoplásico. La prednisona también es de uso frecuente como tratamiento inmunosupresor en pacientes trasplantados.
Específicamente hablando de algunas de las enfermedades que pueden ser tratadas con prednisona, las indicaciones más comunes son:
- Anafilaxis.
- Arteritis de células gigantes.
- Arteritis de Takayasu.
- Artritis reumatoide.
- Asma.
- Enfermedad de Crohn.
- Esclerosis múltiple.
- Granulomatosis de Wegener.
- Glomerulopatías (enfermedad por cambios mínimos, glomerulopatía membranosa, glomerulosclerosis focal y segmentaria, etc.).
- Gota.
- Laberintitis.
- Lupus eritematoso sistémico.
- Parálisis de Bell.
- Pericarditis.
- Polimiositis y dermatomiositis.
- Púrpura trombocitopénica idiopática.
- Síndrome de Stevens-Johnson.
- Urticaria.
¿Cómo tomar?
La dosis de prednisona que se utilizará depende de la enfermedad en cuestión y su gravedad.
Dosis por debajo de 15 mg al día presentan efecto predominantemente antiinflamatorio, mientras que dosis por encima de 20 mg al día comienzan a presentar también acción inmunosupresora (inhibición del sistema inmune). Cuanto mayor es la dosis de prednisona, mayor será su efecto inmunosupresor y antiinflamatorio.
La dosis diaria de prednisona usualmente varía entre 5 mg y 80 mg.
La dosis de 60 mg al día suele ser la más usada cuando se pretende una acción inmunosupresora. Ya la dosis de 5 mg a 10 mg es generalmente común en los pacientes que necesitan de tratamiento antiinflamatorio prolongado, tales como aquellos con artritis reumatoide.
Como el pico de secreción de cortisol natural ocurre en la mañana, la toma de prednisona se indica generalmente en este momento del día. Esta práctica aumenta la eficacia de la droga e interfiere menos con el ciclo natural de cortisol. Se debe tomar el medicamento como una dosis única diaria.
Efectos colaterales
La prednisona y los corticoides, en general, presentan una lista de posibles efectos adversos, que van desde problemas estéticos hasta el desarrollo de diabetes mellitus e infecciones graves.
Cuanto mayor es la dosis y el tiempo de tratamiento, más común y más intensos son los efectos secundarios. Los tratamientos por solamente 1 semana raramente causan efectos significativos, inclusive en altas dosis. Por otro lado, tratamientos con dosis mayores de 20 mg que duran más de 3 semanas a menudo causan acciones no deseadas. El mismo riesgo elevado existe con los tratamientos que duran meses, inclusive cuando las dosis son bajas.
Entre los efectos secundarios más importantes del uso a largo plazo de la prednisona incluyen:
- Aumento de peso.
- Acumulación de grasa en la cara y el tronco (síndrome de Cushing).
- Diabetes mellitus.
- Hipertensión arterial.
- Equimosis (manchas púrpuras en la piel).
- Estrías.
- Catarata.
- Glaucoma.
- Aumento del colesterol.
- Daños musculares (miopatía).
- Fracturas del hueso
- Necrosis de la cabeza femoral.
- Osteoporosis.
- Trastornos del crecimiento en niños.
- Psicosis.
- Depresión.
- Aumento del riesgo de infecciones.
- Cicatrización deficiente.
- Candidiasis.
- Retención de líquidos.
- Cambios menstruales.
- Gastritis.
- Úlcera péptica.
- Esteatosis hepática.
- Pancreatitis.
- Infertilidad.
Lamentablemente, la lista anterior menciona solamente algunos de los posibles efectos. Esto nos muestra que la prednisona es un fármaco cuyo uso debe ser indicado con todo cuidado; caso contrario, existe un riesgo del tratamiento hacer más mal que bien.
Tratamientos prolongados o con dosis altas por más de 2 a 3 semanas solamente deben ser hechos cuando los daños de la enfermedad a tratar son más graves que los posibles efectos secundarios.
Cuidados en el momento de interrumpir la prednisona
Como la prednisona inhibe la producción natural de cortisol, su interrupción repentina después de un tratamiento prolongado puede provocar una insuficiencia suprarrenal, que es una situación potencialmente fatal.
El riesgo de la inhibición prolongada de la glándula suprarrenal es mayor en los tratamientos con dosis mayores de 10 mg que duran más de 3 semanas. En estos casos, la prednisona no puede ser suspendida a la vez. Por el contrario, se debe hacer un «destete» de la droga, que puede durar hasta varios meses en pacientes que hicieron uso prolongado y con dosis elevadas.
Existen varios esquemas diferentes de destete de prednisona, no existiendo un protocolo que sea más eficaz. En general, se sugiere una reducción del 10 a 20% de la dosis a cada 1 o 2 semanas hasta alcanzar una dosis diaria de 2,5 mg.
Interacciones medicamentosas
Medicamentos que pueden disminuir la eficacia de la prednisona: fenobarbital, fenitoína, rifampicina, antiácidos y efedrina.
Medicamentos que pueden aumentar el riesgo de efectos colaterales de la prednisona: medicamentos con estrógenos, diltiazem, salicilatos, fluconazol y ritonavir.
Medicamentos cuyos efectos adversos pueden ser potenciados por la prednisona: diuréticos, antiinflamatorios, digoxina, anfotericina B, warfarina, alcohol.
Conclusiones
La prednisona es una droga potente, muy útil en el tratamiento de enfermedades graves, como vasculitis, cánceres, enfermedad del colágeno o situaciones de gran inflamación.
Su uso, sin embargo, debe ser muy cuidadoso, especialmente si el tiempo estimado del tratamiento es mayor que 2 a 3 semanas. En estos casos, la posibilidad de aparecer efectos adversos es mayor y los riesgos y beneficios del tratamiento deben ser evaluados cuidadosamente.
Preguntas frecuentes
¿La prednisona es buena para el dolor de garganta?
Algunos médicos utilizan una dosis única de prednisona de 60 mg en adultos y de 3,6 mg/kg en niños (o la dosis equivalente de cualquier otro corticosteroide) para acelerar el tiempo de curación de la faringitis o de la amigdalitis.
Sin embargo, este enfoque carece de pruebas científicas sólidas y, en el mejor de los casos, parece tener muy pocos beneficios, como una reducción de solo 6 a 12 horas del tiempo total de enfermedad. Por ello, actualmente, la Sociedad Americana de Infectología y las principales Sociedades de Otorrinolaringología no recomiendan el uso de corticoides en la faringitis (aunque no lo contraindican, si el médico decide prescribirlo).
¿A partir de qué dosis de prednisona hay riesgo de efectos secundarios?
Los efectos secundarios de la prednisona dependen de 2 aspectos: la dosis y la duración. Sin embargo, no existe una definición clara de las dosis y el tiempo mínimos en que puede utilizarse la prednisona sin riesgo de efectos adversos. En general, cualquier tratamiento de más de 7 días ya puede causar problemas, sobre todo en pacientes ancianos o con alto riesgo de hemorragia gastrointestinal, sepsis o insuficiencia cardiaca congestiva.
¿Es la prednisona un antibiótico? ¿Trata las infecciones?
No, la prednisona no es un antibiótico y no puede utilizarse sola para tratar infecciones. Sin embargo, como tiene un fuerte efecto antiinflamatorio, puede utilizarse junto con antibióticos para acelerar la curación de algunos tipos de infección.
¿Debo tomar la prednisona cada cuántas horas?
La prednisona debe tomarse una vez al día, preferiblemente por la mañana, al levantarse. A veces, cuando las dosis son elevadas, el médico puede prescribir prednisona en días alternos.
¿La prednisona hace que el paciente orine más?
Aunque no es un efecto secundario frecuente en humanos, en algunos casos, el uso de prednisona en dosis más altas puede causar un aumento temporal de la diuresis. Este efecto secundario es mucho más frecuente en perros que en humanos (ocurre hasta en el 30% de los animales tratados).
¿Es buena la prednisona para tratar la gripe?
No hay pruebas de que cualquier tipo de glucocorticoide sea eficaz en el tratamiento de la gripe. De hecho, en un reciente metaanálisis de estudios observacionales, el uso de glucocorticoides se asoció a un mayor riesgo de muerte. Por lo tanto, dada la posibilidad de daño, la prednisona o cualquier otro glucocorticoide no debe utilizarse como terapia coadyuvante en el tratamiento de pacientes con gripe, excepto cuando exista otra indicación para su uso distinta de la infección por el virus de la gripe.
¿Es buena la Prednisona para tratar la tos?
La prednisona puede utilizarse en casos seleccionados de tos. Las tres indicaciones principales son la laringitis grave en niños, la tos persistente durante más de 2 semanas tras la curación de una afección infecciosa de las vías respiratorias altas y los pacientes con tos intensa debida al asma.
Referencias
- Prednisona Bula – Brainfarma Indústria Química e Farmacêutica S.A. Comprimido 5 mg e 20 mg – Prospecto.
- Prednisolone – NIH U.S. National Library of Medicine.
- Prednisolone – NHS.
- Major side effects of systemic glucocorticoids – UpToDate.
- Pharmacologic use of glucocorticoids – UpToDate.
- Glucocorticoid withdrawal – UpToDate.
Autor(es)
Médico licenciado por la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ), con títulos de especialista en Medicina Interna por la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ) y de Nefrología por la Universidad Estadual de Río de Janeiro (UERJ) y por la Sociedad Brasileña de Nefrología (SBN). Actualmente vive en Lisboa, Portugal, tiene títulos reconocidos por la Universidad de Oporto y por el Colegio de Nefrología de Portugal.
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