Fosfomicina: antibiótico para la infección de orina

Dr. Pedro Pinheiro
Dr. Pedro Pinheiro

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Fosfomicina: antibiótico para la infección de orina

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¿Qué es la fosfomicina?

La fosfomicina es un antibiótico antiguo que fue desarrollado en España a finales de los años sesenta. Aunque ha sido ampliamente utilizada en Europa para tratar las infecciones urinarias, no alcanzó gran popularidad en otros países del mundo.

Sin embargo, ante el crecimiento del número de infecciones causadas por bacterias multirresistentes, los antibióticos antiguos y menos utilizados han comenzado a considerarse una buena alternativa para disminuir la prescripción de los antibióticos más populares y, por ende, reducir las altas tasas de resistencia a estos.

La fosfomicina es uno de estos antibióticos “resucitados”. Se caracteriza por ser un antibiótico de amplio espectro que aún mantiene una buena eficacia frente a las bacterias que comúnmente causan infecciones de orina, especialmente la cistitis.

Este antibiótico es distinto a los demás, ya que no guarda relación química con ningún otro agente antibacteriano conocido. Pese a su sufijo “micina”, no pertenece a la familia de los antibióticos macrólidos, como la azitromicina, la claritromicina o la eritromicina, ni a la familia de los aminoglucósidos, tales como la gentamicina, la neomicina o la estreptomicina.

En este artículo, profundizaremos en el rol de la fosfomicina en el tratamiento y prevención de la cistitis, una infección que afecta a la vejiga. Para más información sobre las infecciones urinarias, puedes visitar los siguientes enlaces:

Nota: este texto no busca ser un prospecto exhaustivo sobre la fosfomicina. Nuestra meta es brindar una guía menos técnica que un prospecto, pero más útil para los pacientes que desean obtener información objetiva en un lenguaje accesible.

¿Para qué se utiliza la fosfomicina?

La fosfomicina es eficaz contra una amplia gama de bacterias, incluyendo Enterococcus spp, Staphylococcus aureus, Staphylococcus epidermidis, Escherichia coli, Klebsiella pneumoniae, Enterobacter spp, Serratia spp, Citrobacter spp y Proteus mirabilis.

Esto indica que la fosfomicina puede ser utilizada para combatir varias enfermedades graves como osteomielitis, neumonía, meningitis, endocarditis, celulitis, entre otras. No obstante, para que sea efectiva en estos casos, debe ser administrada en dosis elevadas y por vía intravenosa.

En lo que respecta a la fosfomicina oral, disponible en farmacias, las indicaciones se limitan sustancialmente a las siguientes situaciones:

  1. Tratamiento de la cistitis no complicada*.
  2. Prevención de la cistitis recurrente.
  3. Prevención de la infección urinaria tras procedimientos urológicos invasivos.
  4. Bacteriuria asintomática durante el embarazo.

* Se considera cistitis no complicada cuando la infección solo afecta al tracto urinario inferior (vejiga y uretra) y es causada por bacterias sensibles a los antibióticos convencionales.

Nombres comerciales

La fosfomicina se encuentra usualmente disponible como fosfomicina trometamol, una sal soluble con mejor biodisponibilidad. Puedes encontrarla en farmacias en las siguientes presentaciones:

  1. Fosfomicina trometamol 5,631 g en un sobre que contiene 8 g de gránulos.
  2. Fosfomicina trometamol 5,631 g.
  3. Fosfomicina 3 g.
  4. Fosfomicina 2 g.

Las tres primeras presentaciones son semejantes, cada sobre de 8 g de gránulos contiene 5,631 g de fosfomicina trometamol, equivalente a 3 g de fosfomicina, acompañado de 2,213 g de sacarosa, 1,4 mg de sodio y 0,002 mg de sulfitos.

Las formulaciones con 2 g de fosfomicina están diseñadas para niños menores de 12 años. El tratamiento de la cistitis en adultos debe llevarse a cabo con dosis de 3 g de fosfomicina.

Los nombres comerciales más comunes para la fosfomicina trometamol son:

  • Monuril.
  • Fosfoina.
  • Fosfocina.
  • Urofos.

¿Cómo debe administrarse la fosfomicina?

Esta suele comercializarse en sobres que contienen 3 gramos de fosfomicina. Es suficiente diluir el contenido de cada sobre en un vaso de agua. Aquí están las indicaciones según diversos contextos:

Cistitis aguda no complicada

Para el tratamiento de la cistitis aguda no complicada, la dosis de fosfomicina es de 3 g por vía oral en una sola toma.

Se han descrito regímenes de 3 dosis (3 gramos una vez cada 3 días para un total de 3 dosis), en particular para la cistitis causada por bacterias multirresistentes; sin embargo, no hay pruebas de que este régimen sea realmente más eficaz que el tratamiento de dosis única.

Prevención de la cistitis en pacientes con infecciones urinarias de repetición

Para prevenir la cistitis en pacientes con infecciones urinarias repetidas, la dosis de fosfomicina es de 3 g cada 7 a 10 días. Este régimen puede mantenerse de forma continua durante 3 a 12 meses.

Explicamos todas las opciones de tratamiento para la cistitis recurrente en el artículo: Infección urinaria recurrente: causas y tratamiento.

Prevención de la infección urinaria tras intervenciones urológicas

La primera dosis de fosfomicina 3 g debe administrarse 3 horas antes de la intervención y la segunda dosis, también de 3 g, 24 horas después.

Bacteriuria asintomática en mujeres embarazadas

Para las mujeres embarazadas con bacteriuria asintomática, la dosis de fosfomicina es de 3 g por vía oral en una sola toma.

Además de para la bacteriuria asintomática, la fosfomicina también puede utilizarse para tratar la infección urinaria durante el embarazo. La posología es la misma: 3 gramos en una dosis única (lectura recomendada: Infección urinaria en el embarazo: riesgos y tratamiento).

Ajuste de la dosis en pacientes con insuficiencia renal crónica

En el régimen de tratamiento con una dosis única de 3 gramos no es necesario ajustar la dosis de fosfomicina oral en ningún grado de disfunción renal. Los pacientes sometidos a hemodiálisis o diálisis peritoneal tampoco requieren corrección de la dosis de fosfomicina.

Contraindicaciones

La única contraindicación absoluta de la fosfomicina son los antecedentes de alergia a la propia fosfomicina o a cualquiera de los excipientes mencionados.

La fosfomicina se excreta en la leche humana en cantidades bajas. Por lo tanto, si es necesario, puede utilizarse una dosis oral única de fosfomicina durante la lactancia. El tratamiento prolongado, en cambio, debe evitarse en caso de lactancia.

Efectos secundarios

La fosfomicina en dosis única tiene una baja tasa de efectos secundarios.

Cuando aparecen efectos adversos, los más frecuentes son:

  • Dolor de cabeza: 4% a 10%.
  • Mareo: 1% a 2%.
  • Erupción cutánea: 1%.
  • Diarrea: 9% a 10%.
  • Náuseas: 4% a 5%.
  • Dolor abdominal: 2%.
  • Dispepsia (ardor de estómago): 1% a 2%.
  • Vaginitis (inflamación vaginal): 6% a 8%.
  • Dismenorrea (dolores menstruales): 3%.
  • Dolor de espalda: 3%.
  • Debilidad: 1% a 2%.
  • Rinitis: 5%.
  • Faringitis: 3%.

Interacciones medicamentosas

La interacción farmacológica más relevante de la fosfomicina se produce con fármacos que aumentan la motilidad gastrointestinal, como la metoclopramida o la domperidona. Cuando se toman conjuntamente, se reduce la absorción de la fosfomicina y el antibiótico puede no alcanzar niveles adecuados en la sangre.

La fosfomicina también puede interferir con anticoagulantes orales como la warfarina, aumentando el INR y el riesgo de hemorragia.

La fosfomicina no interfiere en la eficacia de los anticonceptivos hormonales, como la píldora anticonceptiva (lectura recomendada: ¿Los antibióticos reducen el efecto de los anticonceptivos?).


Referencias


Autor(es)

Dr. Pedro Pinheiro

Médico licenciado por la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ), con títulos de especialista en Medicina Interna por la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ) y de Nefrología por la Universidad Estadual de Río de Janeiro (UERJ) y por la Sociedad Brasileña de Nefrología (SBN). Actualmente vive en Lisboa, Portugal, tiene títulos reconocidos por la Universidad de Oporto y por el Colegio de Nefrología de Portugal.

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