Pericarditis: qué es, causas, síntomas y tratamiento

La pericarditis es la inflamación del pericardio, la membrana que rodea el corazón. Puede provocar dolor torácico, fiebre y dificultad para respirar. El tratamiento varía según la causa y es esencial un diagnóstico precoz.
Dr. Pedro Pinheiro
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Pericarditis: qué es, síntomas y tratamiento

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¿Qué es la pericarditis?

El pericardio es una fina membrana en forma de saco que envuelve el corazón y lo separa de las demás estructuras anatómicas que lo rodean. El término pericarditis aguda se refiere a la inflamación del pericardio, la cual puede ser provocada por diversas situaciones, incluyendo el uso de ciertos medicamentos, traumatismos, infarto de miocardio, cáncer, insuficiencia renal e infecciones, especialmente las de origen viral.

El síntoma más común de la pericarditis aguda es un dolor intenso en el pecho, que suele empeorar con la respiración profunda. Por tratarse de una inflamación en la región cardíaca, este dolor puede confundirse fácilmente con el de un infarto agudo de miocardio, especialmente en pacientes con alto riesgo cardiovascular.

En este artículo explicaremos qué es la pericarditis aguda, cuáles son sus causas, síntomas, posibles complicaciones y cómo se realiza su tratamiento.

La pericarditis es una de las formas de inflamación del corazón. Las otras dos son la miocarditis y la endocarditis, las cuales ya han sido abordadas en artículos específicos.

¿Qué es el pericardio y cuál es su función?

Así como otros órganos del cuerpo están recubiertos por membranas protectoras — como las meninges en el cerebro, la pleura en los pulmones y el peritoneo en los órganos abdominales—, el corazón también está envuelto por una membrana propia llamada pericardio.

El pericardio es una estructura fibrosérica en forma de saco, compuesta por dos capas distintas:

  • Pericardio parietal (capa externa): más gruesa y resistente, está en contacto con otras estructuras del mediastino, como los pulmones y el diafragma.
  • Pericardio visceral (capa interna), también conocido como epicardio: se encuentra adherido directamente a la superficie del corazón.
pericardio - pericarditis
Pericardio

Entre estas dos capas existe una fina película de líquido pericárdico, con un volumen normal de entre 15 y 50 mililitros. Este fluido actúa como un lubricante natural, reduciendo la fricción durante los movimientos rítmicos del corazón y facilitando su funcionamiento eficiente dentro de la cavidad torácica.

Funciones del pericardio

El pericardio no es solo una «capa protectora». Desempeña varias funciones importantes:

  • Protege físicamente al corazón contra infecciones y traumatismos externos.
  • Limita la dilatación excesiva del corazón, manteniéndolo en una posición anatómica estable.
  • Apoya la función mecánica cardíaca, contribuyendo a la sincronía de los latidos.
  • Actúa como una barrera inmunológica, ayudando en la defensa frente a infecciones y procesos inflamatorios.

Alteraciones del pericardio

En situaciones patológicas, como en la pericarditis, ocurre una inflamación de esta membrana que puede provocar un aumento en la producción del líquido pericárdico. Un acúmulo moderado — hasta unos 120 ml adicionales — por lo general no causa problemas en personas sanas. Sin embargo, volúmenes mayores pueden ejercer presión sobre el corazón y comprometer su capacidad de bombear sangre, lo que configura una emergencia médica conocida como taponamiento cardíaco.

¿Qué es el derrame pericárdico (agua en el corazón)?

El derrame pericárdico es la acumulación anormal de líquido en el espacio existente entre las dos capas del pericardio, la membrana que envuelve al corazón.

Durante procesos inflamatorios, como en la pericarditis aguda, este equilibrio se rompe y el pericardio puede comenzar a producir una cantidad excesiva de líquido, lo que da lugar al derrame. El volumen acumulado puede variar desde pequeñas cantidades hasta más de 500 mililitros, dependiendo de la gravedad del caso y de la causa subyacente.

El taponamiento cardíaco ocurre cuando el volumen de líquido pericárdico se vuelve lo suficientemente grande como para comprimir el corazón, impidiendo que se llene adecuadamente entre los latidos. Como resultado, el bombeo de sangre al resto del cuerpo se ve comprometido, lo que puede provocar una disminución de la presión arterial, shock circulatorio y, si no se trata rápidamente, la muerte.

Popularmente, el derrame pericárdico se conoce como “agua en el corazón”, aunque el término médico más preciso hace referencia al líquido en el pericardio, y no dentro del músculo cardíaco propiamente dicho.

Causas de la inflamación del pericardio

La infección viral es la causa más común de pericarditis aguda, siendo responsable de hasta el 10 % de los casos. Este tipo de pericarditis suele ser autolimitada, con una duración de entre 1 y 3 semanas, y aparece con mayor frecuencia en épocas de epidemias virales, especialmente las provocadas por el virus de la gripe (Influenza), resfriado común o el virus coxsackie.

En estos casos, la pericarditis suele estar precedida por un cuadro de infección respiratoria viral o gastroenteritis viral. El paciente mejora del proceso infeccioso inicial, pero días después comienza a quejarse de un dolor torácico intenso.

Diversos virus pueden causar pericarditis, entre ellos:

  • Virus Coxsackie B.
  • Ecovirus.
  • Adenovirus.
  • Virus de la gripe A y B.
  • Enterovirus.
  • Virus de las paperas.
  • Virus de Epstein-Barr.
  • Virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).
  • Virus del herpes simple.
  • Virus varicela-zóster (causante de la varicela).
  • Virus del sarampión.
  • Virus de la parainfluenza tipo 2.
  • Virus sincitial respiratorio.
  • Citomegalovirus.
  • Virus de la hepatitis A, B o C.

La pericarditis viral puede aparecer en niños, adolescentes, adultos o personas mayores. Los hombres se ven afectados con mayor frecuencia que las mujeres.

Además de los virus, otras causas posibles de pericarditis son:

  • Causa desconocida (pericarditis idiopática): en muchos casos, la pericarditis surge sin una causa aparente. Esto no representa un problema clínico, ya que muchos de estos pacientes mejoran con antiinflamatorios comunes. Se cree que muchas de estas pericarditis idiopáticas son, en realidad, de origen viral no identificado.
  • Infección bacteriana: suele ocurrir después de una infección pulmonar o de una endocarditis infecciosa. La tuberculosis también es una posible causa. Una infección bacteriana del pericardio puede surgir como complicación de una cirugía cardíaca. Además de bacterias, algunos hongos también pueden estar implicados.
  • Radiación: la mayoría de estos casos son complicaciones de la radioterapia aplicada para tratar cánceres torácicos, como cáncer de mama, de pulmón o linfoma.
  • Traumatismos: los traumatismos torácicos, ya sea por accidentes automovilísticos o por lesiones penetrantes (como heridas de arma blanca o de fuego), pueden dañar el corazón y provocar pericarditis.
  • Infarto del miocardio: un infarto agudo del miocardio puede dañar el músculo cardíaco y, en algunos casos, desencadenar una inflamación del pericardio.
  • Medicamentos y toxinas: aunque no es frecuente, algunos medicamentos pueden causar pericarditis. Entre ellos: hidralazina, isoniazida, procainamida, fenitoína, fenilbutazona, trombolíticos, anticoagulantes, entre otros.
  • Insuficiencia renal: en etapas avanzadas de la insuficiencia renal crónica, el acúmulo de toxinas en el cuerpo puede irritar el pericardio.
  • Cáncer: la pericarditis puede desarrollarse cuando un tumor maligno se disemina al corazón. Los casos más frecuentes se observan en cáncer de mama, cáncer de pulmón y linfoma de Hodgkin.
  • Enfermedades autoinmunes: diversas enfermedades inmunológicas pueden provocar pericarditis, como el lupus eritematoso sistémico, la artritis reumatoide, la esclerosis sistémica, la enfermedad mixta del tejido conectivo y vasculitis.
  • Enfermedad inflamatoria intestinal: la pericarditis también puede presentarse en pacientes con colitis ulcerosa o enfermedad de Crohn.

Síntomas

El síntoma principal de la pericarditis aguda es un intenso dolor en el pecho que aparece de repente, afecta toda la región central del tórax, empeora durante la inspiración profunda, al toser o al acostarse, pero presenta un cierto alivio cuando el paciente se sienta e inclina el tronco hacia delante. El dolor se describe, generalmente, como una punzada en el pecho; algunos dicen que se sienten como si hubiesen sido apuñalados en el corazón.

En muchos pacientes, sin embargo, el dolor de la pericarditis puede no ser tan típico y de fácil distinción. En algunos casos, el dolor no es tan agudo y el paciente se queja de presión o pesadez en el pecho con irradiación a los hombros, cuello o espalda. En estas situaciones, puede ser difícil distinguir entre la pericarditis y otras causas de dolor en el pecho, como infarto, embolia pulmonar o aneurismas de la aorta.

La pericarditis en niños puede presentarse como un dolor abdominal en vez de dolor en el pecho.

Fiebre baja, palpitaciones, fatiga, malestar y tos también son síntomas comunes, pero generalmente quedan en segundo plano dada la intensidad del dolor en el pecho.

En la pericarditis de origen tuberculoso, el cuadro no es tan agudo, y el paciente suele tener fiebre alta, sudores nocturnos y pérdida de peso.

Complicaciones

En la mayoría de los casos, principalmente los de origen viral, la pericarditis es un evento autolimitado, que responde bien a la administración de antiinflamatorios y se cura después de 1 a 3 semanas. No obstante, la pericarditis puede desarrollar complicaciones potencialmente mortales.

Las dos principales complicaciones de la pericarditis son: taponamiento cardíaco y pericarditis constrictiva.

Taponamiento cardíaco

En algunos casos de pericarditis, puede producirse un acúmulo de líquido entre las capas del pericardio. En aproximadamente el 5 % de los casos, esta acumulación es tan grande que el exceso de líquido comprime las cavidades cardíacas, impidiendo que el corazón se llene adecuadamente y pueda bombear sangre de forma eficaz.

El taponamiento cardíaco es una emergencia médica, ya que el paciente puede entrar en shock circulatorio debido a la falla de la bomba cardíaca. El tratamiento suele requerir drenaje urgente del líquido pericárdico para aliviar la compresión sobre el corazón.

Pericarditis constrictiva

Aunque es poco frecuente, algunas personas con pericarditis — especialmente aquellas con inflamaciones prolongadas o con episodios recurrentes — pueden desarrollar cicatrices y un engrosamiento permanente del pericardio.

En estos casos, el pericardio pierde su elasticidad natural, se vuelve rígido y comienza a comprimir el corazón, dificultando su capacidad de llenado y bombeo de sangre. Esta forma crónica se conoce como pericarditis constrictiva.

Los principales síntomas de la pericarditis constrictiva son:

  • Fatiga.
  • Falta de aire (disnea).
  • Hinchazón en las piernas.
  • Distensión abdominal (por acumulación de líquido).

Diagnóstico

El diagnóstico de la pericarditis puede ser hecho, clínicamente, por el historial clínico y el examen físico. Al auscultar el corazón con un estetoscopio, el médico notará que hay un ruido de fricción durante el latido del corazón, llamado fricción pericárdica. Esta señal se produce debido a la fricción entre las dos capas inflamadas del pericardio.

No es difícil pensar en una pericarditis cuando un paciente joven y sin factores de riesgo para enfermedades cardiovasculares llega a un servicio de urgencias con un dolor torácico típico de pericarditis y presenta fricción pericárdica a la auscultación cardíaca. Sin embargo, inclusive en los casos teóricamente fáciles, como se describe anteriormente, se hace necesario llevar a cabo pruebas adicionales para confirmar el diagnóstico.

En general, el paciente termina siendo investigado por las principales causas de dolor en el tórax, que incluye realizar exámenes de sangre, radiografía de tórax, electrocardiograma y ecocardiograma. A partir de los resultados de estas pruebas, la mayoría de los casos de pericarditis puede ser aclarada.

Tratamiento de la pericarditis

En la mayoría de los pacientes con pericarditis aguda causada por virus o sin causa, se puede hacer el tratamiento con reposo y aspirina o un antiinflamatorio común. Si el dolor no mejora dentro de una semana, se debe reexaminar el cuadro.

Otro medicamento que se puede utilizar es la colchicina, que, además de mejorar los síntomas de la pericarditis aguda, también reduce el riesgo de recurrencias.

En los pacientes que pueden o no toleran el uso de los medicamentos descritos anteriormente, la alternativa son los corticoides.

Cuando la causa de la pericarditis es identificada, como en los casos de infecciones bacterianas o tuberculosis, también hace parte del tratamiento el uso de antibióticos dirigidos a estas infecciones. Si el paciente tiene lupus o artritis reumatoide, el médico necesita mejorar el control de estas enfermedades a fin de poder tratar la pericarditis.


Referencias


Autor(es)

Dr. Pedro Pinheiro

Médico graduado pela Universidade Federal do Rio de Janeiro (UFRJ), com títulos de especialista em Medicina Interna e Nefrologia pela Universidade Estadual do Rio de Janeiro (UERJ), Sociedade Brasileira de Nefrologia (SBN), Universidade do Porto e pelo Colégio de Especialidade de Nefrologia de Portugal.