Palpitaciones, taquicardia y arritmias cardíacas

Dr. Pedro Pinheiro
Dr. Pedro Pinheiro

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Palpitaciones, taquicardia y arritmias cardíacas

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¿Qué son las palpitaciones?

Las palpitaciones son la percepción de nuestros propios latidos cardíacos, acompañada generalmente de malestar y la impresión de que dichos latidos son irregulares.

En la mayoría de los casos, las palpitaciones son un síntoma benigno y de corta duración que se resuelve por sí solo. No obstante, si las palpitaciones son frecuentes o prolongadas, esto podría ser indicativo de una enfermedad cardíaca o un efecto secundario de algún medicamento.

Cuando estamos en reposo, nuestro corazón late entre 60 y 100 veces por minuto. Esto equivale, en promedio, a 4.800 latidos por hora y 115.200 latidos al día.

Salvo cuando hacemos ejercicio, no es común sentir nuestros latidos cardíacos. De hecho, la mayoría de las veces no somos conscientes de que tenemos un órgano bombeando sangre sin cesar en nuestro pecho.

Nota: en ciertas circunstancias, como estar acostado sobre el lado izquierdo en un ambiente tranquilo y silencioso, algunas personas pueden percibir sus latidos cardíacos normales sin que esto se considere una palpitación.

Las palpitaciones, entonces, implican una conciencia anormal de los latidos del corazón en reposo. Los pacientes suelen quejarse de que sienten el corazón acelerado, los latidos en la garganta o incluso la sensación de que el corazón podría salirse del pecho. Estas percepciones pueden estar acompañadas de malestar, fatiga ante pequeños esfuerzos, dificultad para respirar y, a veces, dolor en el pecho. Si las palpitaciones son causadas por una arritmia, podrían incluso producirse desmayos y caídas.

Como se mencionó anteriormente, la frecuencia cardíaca normal oscila entre 60 y 100 latidos por minuto (lpm). Si el corazón late a más de 100 lpm, lo llamamos taquicardia. Si está por debajo de los 60 lpm, lo llamamos bradicardia. Las palpitaciones suelen estar relacionadas con episodios de taquicardia.

Las taquicardias se clasifican en taquicardias sinusales y taquiarritmias. A continuación, describiremos brevemente cómo funciona la actividad eléctrica del corazón para comprender mejor estos dos tipos de taquicardia.

¿Qué son la taquicardia sinusal y la taquiarritmia?

La fuente eléctrica del corazón, llamada nodo sinoauricular (también conocido como nodo sinusal o nódulo sinusal), se encuentra en el ápice de la aurícula derecha, en la parte superior del corazón.

El nodo sinusal funciona como un marcapasos natural y produce descargas eléctricas a intervalos regulares que inducen la contracción de los músculos cardíacos. Todo latido cardíaco normal se origina a partir de un impulso eléctrico generado en este nodo; por ello, al ritmo cardíaco normal se le denomina ritmo sinusal.

Esta corriente eléctrica sigue un camino específico, primero hacia ambas aurículas y luego hacia los ventrículos. Los impulsos eléctricos se generan a una frecuencia promedio de 80 por minuto, con un rango entre 60 y 100 lpm.

Sistema de conducción eléctrica del corazón
Sistema de conducción eléctrica del corazón

El nodo sinusal transmite su actividad eléctrica al nodo auriculoventricular (nodo AV) y, posteriormente, a todo el músculo cardíaco a través del haz de His y las fibras de Purkinje.

Cuando la frecuencia cardíaca aumenta debido a la aceleración de estos impulsos generados en el nodo sinusal, nos encontramos ante una taquicardia sinusal. Esta situación ocurre, por ejemplo, durante el ejercicio físico o tras recibir un susto. La taquicardia sinusal es una respuesta normal y esperada del corazón ante un incremento en la demanda de sangre y oxígeno por parte de los tejidos.

En cambio, cuando los impulsos eléctricos provienen de otras áreas del corazón y no del nodo sinusal, se consideran anormales y caracterizan una arritmia cardíaca. Si estos impulsos anormales se transmiten con alta frecuencia a los ventrículos, causando una aceleración en los latidos cardíacos, se produce una taquiarritmia, es decir, una taquicardia originada por una arritmia. Las taquiarritmias pueden alcanzar hasta 200 latidos por minuto.

En la siguiente ilustración, podemos ver un ritmo sinusal y un tipo de arritmia cardíaca (en este caso una fibrilación auricular), en la que varios puntos diferentes de la aurícula generan impulsos eléctricos al mismo tiempo.

Condução elétrica cardíaca normal
Conducción eléctrica auricular normal
Arritmia cardíaca
Conducción eléctrica auricular caótica – fibrilación auricular

En este ejemplo, se presenta una arritmia sin taquicardia, pues, a pesar de la gran cantidad de estímulos eléctricos en las aurículas, pocos son transmitidos a los ventrículos. Por consiguiente, el paciente mantiene la frecuencia cardíaca entre 60 y 100 lpm, a pesar de la arritmia.

Para concluir, los conceptos son los siguientes:

  • Taquicardia: corazón con frecuencia acelerada (superior a 100 lpm).
  • Bradicardia: corazón con frecuencia reducida (inferior a 60 lpm).
  • Ritmo sinusal: latido cardíaco normal. El corazón en ritmo sinusal puede estar rápido (taquicardia sinusal) o ralentizado (bradicardia sinusal).
  • Arritmia: ritmo cardíaco anómalo, no generado por el nodo sinusal. Existen taquiarritmias, bradiarritmias o incluso arritmias con frecuencia normal (entre 60 y 100 lpm).

Causas

Al enfrentarse a un cuadro de palpitaciones, lo primero que se debe hacer es tratar de determinar si se trata de una arritmia o simplemente de una taquicardia sinusal.

Taquicardias sinusales

Entre las causas comunes de palpitaciones provocadas por taquicardias sinusales, podemos mencionar:

Algunas de las causas mencionadas anteriormente también pueden generar arritmias, además de la taquicardia sinusal.

Arritmias

Entre las principales causas de arritmias cardíacas se pueden mencionar:

  • Enfermedades del corazón: condiciones como enfermedad arterial coronaria, insuficiencia cardíaca, cardiomiopatías, enfermedades de las válvulas cardíacas e infarto de miocardio.
  • Problemas eléctricos en el corazón: defectos congénitos o anormalidades en el sistema de conducción eléctrica del corazón.
  • Desequilibrio electrolítico: niveles anormales de electrolitos como potasio, magnesio y calcio en la sangre pueden afectar el ritmo cardíaco.
  • Trastornos endocrinos: enfermedades como hipotiroidismo o hipertiroidismo pueden alterar el funcionamiento del corazón y provocar arritmias.
  • Uso de sustancias: el consumo excesivo de alcohol, cafeína, nicotina o drogas ilegales puede provocar arritmias.
  • Medicamentos: algunos fármacos, como ciertos antiarrítmicos, diuréticos, antidepresivos o descongestionantes nasales, pueden causar arritmias como efecto secundario.
  • Estrés y ansiedad: situaciones de estrés o emocionalmente intensas pueden llevar a arritmias temporales en algunas personas.
  • Apnea del sueño: la interrupción temporal de la respiración durante el sueño puede causar cambios en la presión arterial y en el ritmo cardíaco (lee: Apnea del sueño: qué es, síntomas y tratamiento).

Cómo saber si tengo una arritmia

El diagnóstico de las arritmias puede realizarse a través de un examen físico o mediante un electrocardiograma (ECG).

Si experimentas palpitaciones, es importante que coloques el dedo en tu pulso y evalúes dos aspectos:

  1. Ritmo cardíaco

El corazón normalmente late de manera regular, con intervalos de tiempo iguales entre los latidos. Si notas un ritmo irregular, es probable que se trate de una arritmia cardíaca. Sin embargo, es importante tener en cuenta que no todas las arritmias se manifiestan con un ritmo cardíaco irregular.

Si el corazón tiene un ritmo regular, sentirás el pulso de esta manera: “Tump…tump…tump…tump…tump…tump…tump…tump…tump…tump…tump”.

Si el corazón tiene un ritmo irregular, los latidos se comportarán de forma impredecible y el pulso se sentirá más o menos así: “Tump…tump………tump..tump.tump……..tump…tump………tump……tump…tump.tump”.

  1. Frecuencia cardíaca

Frecuencias mayores a 150 latidos en reposo y en ausencia de fiebre son casi siempre indicativas de arritmias, incluso si hay un ritmo cardíaco regular. En personas mayores, frecuencias superiores a 130 latidos por minuto ya sugieren arritmias.

Existen varios tipos de arritmias, pero las más comunes son la fibrilación auricular y la taquicardia supraventricular. La primera es más frecuente en personas mayores y la segunda en jóvenes.

La distinción entre taquicardia sinusal y taquiarritmias se realiza a través del electrocardiograma. El gran desafío es que muchas de las palpitaciones son intermitentes y, en el momento del ECG, pueden no estar presentes.

Una opción es el Holter, un dispositivo que registra el ECG durante 24 horas. De esta manera, se pueden detectar arritmias que se manifiesten en ese período. Aun así, existe el riesgo de no haber episodios de arritmias durante el período del examen, lo que dificulta establecer un diagnóstico.

El electrocardiograma también ayuda a identificar el tipo de arritmia, ya que cada una presenta un trazado electrocardiográfico diferente.

La importancia de determinar la causa de las palpitaciones radica en que, aunque este síntoma sea benigno en la mayoría de los casos, existen algunas alteraciones cardíacas que pueden provocar arritmias graves con riesgo de muerte.

Hay cuatro factores en la historia clínica de los pacientes que indican una arritmia cardíaca:

  • Ser hombre.
  • Descripción del paciente de latidos irregulares.
  • Antecedentes de enfermedad cardíaca, como insuficiencia cardíaca o infarto.
  • Duración de la palpitación mayor a 5 minutos.

Si tienes palpitaciones, pero no presentas ninguno de los factores mencionados, la probabilidad de que tus síntomas tengan origen en problemas cardíacos es muy baja. Si presentas los 4 factores, es casi seguro que tengas alguna arritmia cardíaca.

Es importante destacar que incluso aquellos que tienen palpitaciones debido a arritmias cardíacas presentan un pronóstico favorable en la mayoría de los casos. Las palpitaciones causadas por arritmias malignas son poco frecuentes, pero como son muy graves, siempre deben ser investigadas.

Tratamiento

El tratamiento de las palpitaciones varía según la causa subyacente. Por ejemplo, si la palpitación es resultado de una taquicardia sinusal originada por anemia, basta con corregir dicha condición. Si se debe a fiebre, las palpitaciones desaparecerán cuando la temperatura corporal vuelva a la normalidad. En casos de taquicardia relacionada con trastornos de ansiedad, el tratamiento con ansiolíticos suele ser efectivo.

En situaciones de arritmias cardíacas, especialmente en pacientes sin antecedentes de enfermedad cardíaca, el tratamiento puede consistir en la ablación (destrucción mediante cauterización) del foco eléctrico anormal. En otras circunstancias, se pueden utilizar medicamentos para controlar la frecuencia cardíaca, como la amiodarona y los betabloqueantes, entre otros.

En casos de taquiarritmias graves que pueden provocar un paro cardíaco, denominadas arritmias malignas, podría ser necesario implantar quirúrgicamente un desfibrilador. Este dispositivo detecta dichas arritmias y, de manera inmediata, aplica una descarga eléctrica en el corazón, restableciendo el ritmo cardíaco normal y evitando el paro cardíaco.

Preguntas frecuentes

¿Cuándo debería preocuparme por las palpitaciones?

Debes consultar a un médico si experimentas palpitaciones acompañadas de dolor en el pecho, falta de aire, desmayos, mareos intensos o si los síntomas son frecuentes y persistentes. También es importante buscar ayuda médica si tienes antecedentes de enfermedad cardíaca o si los síntomas comienzan de repente y tardan en desaparecer.

¿Cuáles son los síntomas comunes de las palpitaciones?

Los síntomas más comunes de las palpitaciones incluyen la sensación de latidos acelerados, pausas, latidos adicionales o ritmo irregular. Si la palpitación es causada por una arritmia, los síntomas de alarma mencionados anteriormente también pueden estar presentes.

¿Qué puedo hacer para mejorar las palpitaciones que aparecen con frecuencia?

Todas las palpitaciones frecuentes deben ser evaluadas por un cardiólogo. Sin embargo, algunas medidas pueden ayudar: dejar de fumar, reducir el consumo de cafeína, dormir al menos 8 horas por noche, perder peso (si se padece obesidad), evitar descongestionantes nasales, evitar drogas ilícitas o medicamentos con anfetaminas, reducir el consumo de alcohol e intentar disminuir el estrés en el trabajo y en la vida social.

¿Cuáles son las arritmias cardíacas más comunes?

• Fibrilación auricular: es una arritmia caracterizada por la contracción irregular y generalmente rápida de las aurículas del corazón.
• Flutter auricular: similar a la fibrilación auricular, pero la contracción de las aurículas es más organizada y menos caótica.
• Taquicardia supraventricular: es un término amplio que incluye varias arritmias que causan latidos cardíacos rápidos originados en las cámaras superiores del corazón (aurículas).
• Taquicardia ventricular: es una arritmia rápida originada en los ventrículos del corazón. La taquicardia ventricular puede ser potencialmente peligrosa y requiere atención médica inmediata.
• Bloqueo auriculoventricular (BAV): es un tipo de arritmia cardíaca en la que hay un retraso o interrupción en la conducción eléctrica entre las aurículas y los ventrículos del corazón. Provoca bradicardia, en algunos casos grave.

¿Las palpitaciones y arritmias siempre son peligrosas?

No siempre. Algunas palpitaciones y arritmias son inofensivas y no requieren tratamiento específico. Sin embargo, otras pueden ser señales de problemas cardíacos más serios o aumentar el riesgo de complicaciones, como accidente cerebrovascular (ACV) e insuficiencia cardíaca. Es importante consultar a un médico para evaluar la gravedad del problema.

¿Puedo continuar haciendo ejercicio si tengo palpitaciones?

Si tienes palpitaciones frecuentes, lo ideal es realizar una evaluación cardiológica antes de continuar con actividades físicas, especialmente si son de alta intensidad.


Referencias


Autor(es)

Dr. Pedro Pinheiro

Médico licenciado por la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ), con títulos de especialista en Medicina Interna por la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ) y de Nefrología por la Universidad Estadual de Río de Janeiro (UERJ) y por la Sociedad Brasileña de Nefrología (SBN). Actualmente vive en Lisboa, Portugal, tiene títulos reconocidos por la Universidad de Oporto y por el Colegio de Nefrología de Portugal.

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