Gripe: síntomas, vacuna y tratamiento

Dr. Pedro Pinheiro
Dr. Pedro Pinheiro

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¿Qué es la gripe?

La gripe es una enfermedad contagiosa de origen viral causada por los virus Influenza A, Influenza B e Influenza C. Sus síntomas más comunes son fiebre, tos y dolores en el cuerpo.

La gripe es una enfermedad muy contagiosa que causa millones de infecciones en todo el mundo cada año. De vez en cuando, el virus de la gripe puede mutar, siendo responsable de grandes epidemias de gripe, como la gripe española de 1918 o la gripe porcina de 2009.

El tipo con mayor relevancia clínica es el virus Influenza A, ya que no sólo es responsable de la mayoría de los casos sintomáticos en humanos, sino que también es el origen de las principales epidemias del último siglo. El virus Influenza C es el que menos provoca enfermedad y, cuando lo hace, suele ser una gripe con síntomas leves.

El virus de la gripe A es el que presenta más subtipos y puede infectar a aves, humanos y otros mamíferos. En general, cada vez que una cepa de la gripe A muta, se vuelve más propensa a causar epidemias porque la población no tiene inmunidad contra la nueva cepa mutante.

Como el virus Influenza A es muy propenso a las mutaciones, prácticamente cada año hay una nueva cepa circulando entre la población. Por ello, cada invierno aumenta el número de casos de gripe. Quien tuvo la gripe hace uno o dos años puede fácilmente tener una nueva infección, ya que la gripe A que circulaba entonces puede no ser ya la misma que circula hoy. El virus Influenza B también puede sufrir mutaciones, pero lo hace a un ritmo mucho menos intenso.

Ocasionalmente, estas mutaciones generan una gripe más virulenta capaz de infectar a un gran número de personas. La pandemia de gripe A de 2009 se produjo después de que una cepa del Influenza A (H1N1), originaria de los cerdos, se mutó y fue capaz de infectar a los humanos. Como esta cepa H1N1 sólo existía en los cerdos, cuando saltó a la especie humana pilló desprevenido al sistema inmunitario de la mayoría de las personas.

La gripe española de 1918, responsable de la muerte de más de 60 millones de personas en todo el mundo, también fue causada por una cepa mutante de la gripe A (H1N1), ésta aún más agresiva que la gripe porcina H1N1.

Otras famosas epidemias de gripe en el siglo pasado fueron:

  • 1957: Gripe A (H2N2) – gripe asiática.
  • 1968: Gripe A (H3N2) – gripe de Hong Kong.
  • 1977: Gripe A (H1N1) – gripe rusa.
  • 2004: Gripe A (H5N1) – gripe aviar (también llamada gripe asiática).
  • 2013: Gripe A (H7N9) – gripe aviar.

En la actualidad, la gripe estacional es causada por cepas menos virulentas del Influenza A (H2N2), (H1N2) y (H3N2). El influenza A (H1N1) de 2009 todavía circula entre la población, pero actualmente la mayoría de las personas tiene inmunidad frente a él, sea por infección previa o por vacunación contra la gripe. Esta cepa de H1N1 ya no es capaz de provocar una epidemia, siendo considerada hoy en día unas de las diferentes cepas de gripe estacional.

Es importante señalar que, en contra de lo que mucha gente piensa, la gripe y el resfriado son infecciones diferentes. Mientras que la gripe es causada únicamente por el virus de la gripe y sus subtipos, el resfriado es una infección de las vías respiratorias que puede estar causada por varios virus diferentes, tales como Rinovirus, Adenovirus, Parainfluenza, Coronavirus, Virus respiratorio sincitial y varios otros.

Lea también: ¿Cuáles son la diferencias entre gripe y resfriado?

Transmisión

Hay grandes cantidades de virus de la gripe en las secreciones respiratorias de las personas infectadas, por lo que los estornudos y la tos son la principal vía de transmisión.

El virus suele estar presente en grandes gotas de secreciones respiratorias. Esto significa que, después de un estornudo o una tos, el virus cae al suelo junto con las gotas más pesadas, y no queda suspendido en el aire. Por tanto, el riesgo de transmisión es mayor para las personas que están cerca del paciente, a menos de 2 metros de distancia. Si durante el estornudo estás a más de 2 metros de distancia, el riesgo de que las gotas más pesadas te alcancen es bajo.

Otra forma de transmisión muy común es a través de las manos. Cuando el paciente estornuda o tose en dirección a las manos, éstas se llenan de virus, favoreciendo el contagio de otras personas. Limpiar las secreciones de la nariz con las manos también tiene el mismo efecto. Si saludas a esta persona que tiene las manos infectadas, pasarás a tener el virus de la gripe en tus manos. Entonces, basta frotar tus ojos o tocar tus manos sobre la boca para el virus infectarte.

Los objetos manipulados por personas con gripe también pueden contener el virus, lo que constituye otra posible fuente de infección. En general, el virus de la gripe sobrevive de 2 a 8 horas en objetos inanimados, dependiendo de las condiciones climáticas. Lavarse las manos y los objetos contaminados con agua y jabón (o alcohol) es suficiente para prevenir la transmisión de la gripe.

El periodo de incubación de la gripe es de 1 a 4 días (una media de 2). El periodo de contagio comienza en el día anterior a la aparición de los síntomas y dura entre 5 y 10 días. En general, el paciente deja de eliminar el virus a través de las secreciones respiratorias entre 1 y 2 días después del final de los síntomas, pero en los niños pequeños este periodo de infectividad puede prolongarse varios días.

Síntomas

Una de las principales características de la gripe, a diferencia del resfriado, es la forma en que comienzan los síntomas. En un resfriado, los síntomas comienzan de forma leve y empeoran progresivamente en las siguientes 48 a 72 horas.

En una gripe, los síntomas aparecen de repente y antes de que acabe el día el paciente está claramente enfermo, tumbado en la cama. En algunos casos, la aparición de los síntomas es tan brusca que el paciente puede incluso decir qué hora era y qué estaba haciendo en el momento en que apareció la gripe.

La gravedad de los síntomas depende de la virulencia de la cepa de gripe y de la capacidad de nuestro sistema inmunitario para hacer frente al virus. La gripe puede provocar desde síntomas leves, casi imperceptibles, hasta un cuadro clínico grave con infección pulmonar y riesgo de muerte. Pero en la gran mayoría de los casos, incluso en los que desarrollan síntomas gripales relevantes, el cuadro suele tener un curso benigno con resolución espontánea en una semana.

En general, cuando el paciente infectado desarrolla síntomas de gripe, los más comunes son:

  • Fiebre alta, normalmente superior a 38ºC.
  • Escalofríos.
  • Tos, que puede ser seca o con esputo.
  • Dolor de cabeza.
  • Cansancio.
  • Dolor muscular y/o articular.
  • Goteo nasal.
  • Dolor de garganta.

Pueden producirse síntomas gastrointestinales, como vómitos y diarrea, especialmente en los niños, pero no son frecuentes en los adultos. Excepcionalmente, algunas cepas pueden causar síntomas gastrointestinales en los adultos, como ocurrió durante la epidemia de gripe A (H1N1) de 2009, cuando la frecuencia de vómitos y diarrea fue superior a la habitual en los casos de gripe.

Explicamos los signos y síntomas de la gripe con más detalle en el artículo: 10 síntomas de la gripe y sus complicaciones.

Complicaciones

Como ya se mencionó, la gripe es generalmente una enfermedad benigna en la gran mayoría de los casos. Sin embargo, puede llevar a complicaciones en algunos pacientes, especialmente en ancianos, niños y personas inmunosuprimidas.

Entre las complicaciones más simples, la otitis media y la sinusitis son las más comunes. Ya en relación a las complicaciones más graves, la neumonía es la principal. La infección del pulmón puede ser causada directamente por el virus Influenza o puede tener origen bacteriano, que es facilitado por el hecho del paciente estar debilitado en razón de la gripe. También en relación con los pulmones, pueden producirse bronquitis agudas y asma.

Estas complicaciones pulmonares son más frecuentes en los pacientes de edad avanzada y en los que tienen enfermedades respiratorias previas, como EPOC, bronquiectasias o asma.

Otra complicación relativamente frecuente de influenza es la rabdomiolisis, lesión de los músculos causada directamente por el virus.

Lesiones del sistema nervioso céntrico también pueden ocurrir durante un cuadro de gripe, siendo la encefalitis viral, la mielitis transversa, la meningitis viral y el síndrome de Guillain-Barré las más comunes.

En lo que tañe a la parte cardíaca, infarto, pericarditis, miocarditis y agravamiento de la insuficiencia cardíaca son comunes. Así como en las complicaciones pulmonares, las complicaciones cardíacas son más frecuentes en pacientes ancianos y ya previamente portadores de cardiopatías.

Factores de riesgo para complicaciones de la gripe

En general, los pacientes jóvenes y previamente sanos se recuperan con facilidad de una gripe. Inclusive cuando los síntomas son fuertes y dejan al paciente en la cama, después de 4 a 5 días él está totalmente recuperado, sin ninguna secuela ni complicación.

El mismo mecanismo para hacer frente al virus Influenza no ocurre en los extremos de edad (niños y ancianos) o en pacientes previamente enfermos, especialmente con enfermedades del pulmón o corazón.

Consideramos como grupo de riesgo para las complicaciones de la gripe las personas con las siguientes características:

  • Niños de menos de 5 años.
  • Adultos mayores de 65 años.
  • Embarazadas.
  • Personas con enfermedades pulmonares, incluyendo asma, bronquitis o enfisema.
  • Personas con enfermedades cardiovasculares, especialmente insuficiencia cardíaca o enfermedades valvulares.
  • Personas con insuficiencia renal crónica.
  • Personas con insuficiencia hepática o cirrosis.
  • Diabéticos, principalmente de larga fecha y mal controlados.
  • Portadores de anemia falciforme.
  • Inmunosuprimidos, incluyendo pacientes con SIDA y trasplantados de órganos.
  • Desnutridos.
  • Obesos, especialmente aquellos con IMC mayor que 35.

Es debido a las complicaciones que se producen en este grupo de pacientes que las epidemias de gripe tienden a causar muchas muertes. A pesar de la mortalidad general de la gripe ser baja, generalmente menos de un 1%, cuando la enfermedad ataca a millones de personas en corto espacio de tiempo, el 1% de óbitos significa miles de muertes.

En la gripe española del inicio del siglo XX, cuando la medicina moderna, con antibióticos y unidades de cuidado intensivo, aún no existía, el número de óbitos en virtud de la gripe llegó a 60 millones.

Por lo tanto, la gripe es una enfermedad que generalmente tiene evolución benigna, pero no es inofensiva. Los pacientes con gripe que empiezan a presentar los siguientes signos y síntomas deben ser evaluados inmediatamente por un médico, especialmente si son parte del grupo de riesgo:

  • Dificultad respiratoria.
  • Dolor de pecho intenso durante la respiración.
  • Caída de la presión arterial.
  • Agotamiento severo y cambios en el nivel de consciencia
  • Desorientación.
  • Vómitos persistentes.
  • Fiebre alta que dura más de 1 semana.

Tratamiento

En la mayoría de los casos no es necesario ningún tratamiento para curar la gripe. Reposo, paciencia y buena hidratación generalmente es suficiente. La evolución habitual de la gripe es mejorar espontáneamente después de 4 a 7 días.

Los medicamentos contra la gripe, llamados antigripales comunes, ayudan a aliviar los síntomas, pero no actúan directamente sobre el virus. Su uso es opcional y sirven principalmente para controlar la fiebre, el goteo nasal y los dolores corporales. La vitamina C no tiene ningún efecto comprobado contra la gripe.

En los pacientes que pertenecen al grupo de riesgo, puede estar indicado el uso de antivirales, como el oseltamivir (Tamiflu®), el baloxavir o el zanamivir (Relenza®), porque disminuyen la posibilidad de complicaciones y reducen la duración de la enfermedad. Sin embargo, para que sean eficaces, los antivirales deben iniciarse en las primeras 48 horas de los síntomas.

Vacuna

Meses antes de la llegada de la época de invierno, periodo con mayor tasa de casos de gripe, los ministerios de salud de varios países ofrecen la vacuna contra la gripe, que contiene las cepas de Influenza que más circulan en el ambiente. La vacuna se actualiza anualmente, de forma que los virus que más causaran la gripe en el año anterior están cubiertos. Desde 2010 la cepa de H1N1 causadora de la llamada gripe porcina hace parte de la vacuna anual.

En Latinoamérica, la campaña de vacunación generalmente comienza en abril y su público objetivo son individuos con mayor riesgo de complicaciones, incluyendo personas con 60 años o más, mujeres embarazadas, mujeres en el período de hasta 45 días después del parto, niños entre seis meses y cinco años de edad, profesionales de la salud o cualquier persona con una enfermedad crónica que se encaja en el grupo  de riesgo para complicaciones de la gripe. En Europa, la campaña de vacunación generalmente comienza en octubre.

La vacuna contra la gripe es hecha con un virus muerto o inactivo, por lo que no hay riesgo del paciente desarrollar gripe después de la administración de la misma. Es importante destacar que la vacuna no protege contra los virus que causan resfriados; ella es específica contra ciertas cepas de Influenza.

La aparición de los anticuerpos contra la gripe se produce entre 2 a 3 semanas después de la vacunación, y presenta, por lo general, duración de 6 a 12 meses, tiempo suficiente para cruzar el periodo agudo de la gripe.

Como la vacuna contra la gripe no confiere inmunidad permanente y el virus Influenza frecuentemente presenta mutaciones, los individuos del grupo de riesgo deben ser revacunados anualmente.

Para conocer más detalles sobre la vacuna, lee: Vacuna contra la gripe – beneficios y efectos secundarios.


Referencias


Autor(es)

Dr. Pedro Pinheiro

Médico licenciado por la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ), con títulos de especialista en Medicina Interna por la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ) y de Nefrología por la Universidad Estadual de Río de Janeiro (UERJ) y por la Sociedad Brasileña de Nefrología (SBN). Actualmente vive en Lisboa, Portugal, tiene títulos reconocidos por la Universidad de Oporto y por el Colegio de Nefrología de Portugal.

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