Enfermedad de manos, pies y boca: síntomas y tratamiento


¿Qué es la enfermedad de manos, pies y boca?

La enfermedad de manos, pies y boca (EMPB), también llamada síndrome mano-pie-boca, fiebre aftosa humana o exantema vírico de manos, pies y boca, es una infección vírica contagiosa muy común en los niños, que se caracteriza por la aparición de pequeñas llagas en la cavidad oral y sarpullido en manos y pies.

El síndrome mano-pie-boca suele estar causado, aunque no exclusivamente, por el Coxsackievirus A16. Los casos de EMPB también pueden estar causados por otros serotipos de Coxsackievirus, como los Coxsackievirus A2, A4 a A10, B2, B3 o B5. Otros virus como el Echovirus 1, 4, 7 o 19 o el Enterovirus A71 también pueden ser el agente causante, provocando signos y síntomas muy similares.

La enfermedad de manos, pies y boca es en la mayoría de los casos una enfermedad leve y benigna, que desaparece espontáneamente al cabo de unos días sin causar complicaciones. El mayor problema suele ser el riesgo de deshidratación, ya que el dolor de garganta puede hacer que el niño deje de aceptar alimentos y líquidos.

En raras ocasiones, cuando el síndrome está causado por el Enterovirus A71, puede ser más peligroso, ya que existe un mayor riesgo de complicaciones, como el desarrollo de encefalitis (inflamación del sistema nervioso central), meningitis o miocarditis (inflamación del músculo cardiaco).

La MPB suele darse en niños menores de 5 años, pero puede, eventualmente, afectar a los adultos.

De todas las principales causas de erupciones febriles (fiebre + manchas rojas en la piel), la enfermedad mano-pie-boca es una de las más fáciles de diagnosticar por su afectación típica de la mucosa oral, de las plantas de los pies y de las palmas de las manos.

En este artículo, nos ceñiremos únicamente al síndrome mano-pie-boca, si busca información sobre otras causas de fiebre y manchas rojas en la piel, vaya al siguiente enlace: 12 causas de enfermedad febril eruptiva.

Transmisión

Los virus que causan la enfermedad mano-pie-boca pueden transmitirse por contacto con secreciones de las vías respiratorias, secreciones de heridas en manos o pies y por contacto con heces de pacientes infectados.

Esto significa que el virus Coxsackie (y los otros virus que causan la enfermedad de manos, pies y boca) puede transmitirse en las siguientes situaciones:

  • Besar a alguien infectado.
  • Tener contacto con secreciones respiratorias, generalmente por la tos o el estornudo.
  • Beber agua contaminada.
  • Dar la mano a una persona infectada
  • Comer alimentos preparados por una persona infectada que no se haya limpiado bien las manos
  • Contacto con juguetes u objetos que puedan haberse contaminado con las manos sucias.
  • Contacto con ropa contaminada.
  • Cambiar pañales de niños infectados.

Generalmente, la fase más contagiosa del síndrome mano-pie-boca es durante la primera semana de enfermedad. Sin embargo, incluso después de la curación, el paciente puede seguir eliminando el virus en las heces, lo que lo mantiene contagioso durante días o incluso semanas después de que hayan desaparecido los síntomas.

La mayoría de los adultos que se infectan con el virus Coxsackie no desarrollan síntomas, pero pueden ser portadores asintomáticos del virus.

Síntomas

El periodo de incubación de la EMPB es, por lo general, de 3 a 6 días. Los primeros síntomas que aparecen suelen ser dolor de garganta y fiebre baja, que ronda los 38ºC. También son frecuentes los malestares y la pérdida de apetito.

En un primer momento, la enfermedad es muy similar a cualquier infección vírica común y su diagnóstico clínico es imposible en esta fase.

Uno o dos días después de los primeros síntomas, comienzan a aparecer las lesiones características que dan nombre a la enfermedad.

Lesiones de la enfermedad de manos-pies-boca.
Lesiones de la enfermedad de manos, pies y boca.

Las lesiones en la boca comienzan como manchas rojizas que se convierten en pequeñas ampollas y más tarde en úlceras dolorosas, similares a las aftas comunes.

Estas ulceraciones suelen aparecer en la lengua, garganta y en la parte interna de los labios y de las mejillas. El paladar (techo de la boca) también puede verse afectado.

En los niños afectados por el Coxsackievirus A6, también pueden aparecer lesiones en la parte exterior de la boca, alrededor de los labios.

Lesiones periorales de la EMPB
Lesiones periorales

Uno o dos días después de la aparición de las lesiones en la boca, también empiezan a aparecer lesiones en las palmas de las manos y en las plantas de los pies.

La herida comienza como pequeñas ampollas con un halo rojizo a su alrededor. Las lesiones suelen tener de 0,1 a 1 cm de diámetro y pueden romperse, liberando un líquido muy contagioso.

Sarpullido del síndrome mano-pie-boca
Sarpullido del síndrome mano-pie-boca

La EMPB causado por el Coxsackievirus A6 suele presentar lesiones mucho más extensas, afectando también a nalgas, muslos, brazos, tronco y cara.

Es importante destacar que no todas las personas infectadas por el virus Coxsackie desarrollan el cuadro clínico completo de la enfermedad de manos, pies y boca. El 75% de los pacientes presentan el síndrome completo, pero el resto puede tener solamente lesiones en la boca o en la piel.

En el caso de los adultos, la gran mayoría de las personas que entran en contacto con el virus Coxsackie no desarrollan ningún síntoma.

Complicaciones

El síndrome mano-pie-boca suele durar de 7 a 10 días y se cura espontáneamente, sin necesidad de tratamiento y sin causar complicaciones en la mayoría de los casos.

La complicación más frecuente es la deshidratación, ya que, además del malestar, el dolor de garganta es muy fuerte y los niños pueden dejar de aceptar alimentos y líquidos.

Los casos de SMPB causados por el Enterovirus A71 también suelen tener un curso benigno, pero existe un mayor riesgo de complicaciones, como miocarditis, meningitis o encefalitis.

Diagnóstico

En los pacientes que presentan el cuadro típico de fiebre, úlceras orales y sarpullido en las palmas de las manos y en las plantas de los pies, el diagnóstico se realiza fácilmente sin necesidad de más investigaciones de laboratorio.

En los casos atípicos, si el médico siente la necesidad de hacer el diagnóstico, la identificación del virus puede obtenerse mediante el examen de las heces o las secreciones de la garganta o de las lesiones cutáneas.

Tratamiento

No existe un tratamiento específico para la enfermedad de manos, pies y boca. Tampoco es necesario, ya que la enfermedad suele ser autolimitada.

En general, los antiinflamatorios o analgésicos comunes bastan para controlar los síntomas de dolor y fiebre. Es importante mantener a los niños bien hidratados.

En los casos más graves, sobre todo en niños que se niegan a comer y corren riesgo de deshidratación, puede ser necesario el ingreso hospitalario.

Prevención

Las personas infectadas deben permanecer en casa. Los niños no deben ir a la guardería ni al colegio, y los adultos deben faltar al trabajo hasta que hayan desaparecido todos los síntomas.

Dado que el virus puede seguir excretándose en las heces incluso después de que se hayan curado los síntomas, es fundamental instruir a los pacientes para que se laven las manos con frecuencia, sobre todo después de ir al baño y antes de manipular alimentos.

En las guarderías, hay que tener mucho cuidado con la higiene de las manos al cambiar los pañales, para que los profesionales no transmitan el virus de un niño a otro.

La ropa corriente y la ropa de cama pueden ser fuentes de infección (sobre todo si hay secreción de lesiones cutáneas) y deben cambiarse y lavarse a diario. Los juguetes también deben lavarse con frecuencia.

Todavía no existe una vacuna contra la enfermedad mano-pie-boca, pero hay estudios muy avanzados y prometedores en marcha.


Referencias


Autor(es)

Médico licenciado por la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ), con títulos de especialista en Medicina Interna por la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ) y de Nefrología por la Universidad Estadual de Río de Janeiro (UERJ) y por la Sociedad Brasileña de Nefrología (SBN). Actualmente vive en Lisboa, Portugal, tiene títulos reconocidos por la Universidad de Oporto y por el Colegio de Nefrología de Portugal.

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