¿Qué es la blefaritis?
La blefaritis es una enfermedad ocular muy común que se caracteriza por inflamación de los bordes de los párpados, donde nacen las pestañas.
Los signos y síntomas más comunes de la blefaritis son hinchazón y descamación de la piel de los párpados, picazón y enrojecimiento de los ojos.
La descamación de la piel generalmente causa un aspecto de caspa en las pestañas. De hecho, no es solamente la piel descamada que se adhiere a las pestañas y los bordes de los párpados, sino también lagañas y costras.
La blefaritis afecta a personas de todas las edades y, aunque es incómoda, no es contagiosa y no suele causar daños permanentes en la visión.
A pesar no ser ampliamente conocido por la población general, la blefaritis es uno de los trastornos oculares más comunes que se encuentran en la práctica clínica. Una encuesta de oftalmólogos y optometristas de los EE.UU. mostró que entre el 37% y el 47% de los pacientes atendidos por estos profesionales tenían signos de blefaritis.
Causas
Nuestra piel tiene glándulas sebáceas cuya acción es producir constantemente aceite para evitar que la piel se seque.
En los párpados, estas glándulas sebáceas están cerca de los cilios y se llaman glándulas de Zeiss y glándulas de Meibomio, como se ilustra a continuación.
La secreción grasa producida por estas glándulas es parte de la composición de nuestras lágrimas y es esencial para la lubricación adecuada de los ojos. La película lagrimal que hidrata permanentemente nuestros ojos necesita del aceite producido por estas glándulas para proteger los ojos de manera efectiva.
La blefaritis surge cuando hay disfunción de estas glándulas, generalmente por colonización de ellas por bacterias o por cambios en la producción de oleosidad.
La blefaritis se divide en dos tipos:
Blefaritis posterior
La blefaritis posterior es el tipo más común. Ocurre cuando hay inflamación de la porción interna del párpado al nivel de las glándulas meibomianas.
La afección comienza con una disfunción de la glándula de Meibomio, que causa cambios en la composición de la secreción de lípidos (grasa) de la glándula.
Este cambio en la oleosidad provoca inestabilidad en la película lagrimal y tiene un efecto tóxico en la superficie ocular.
Además de eso, la composición lipídica alterada genera un círculo vicioso, creando un ambiente que promueve el crecimiento bacteriano, que a su vez crea inflamación, provoca cambios adicionales en la composición de las sustancias lipídicas y perpetúa las anormalidades de la glándula meibomiana.
La inflamación a largo plazo lleva a una disfunción crónica de la glándula y fibrosis, así como a daños en el párpado y la superficie ocular.
Las bacterias que forman la flora en la blefaritis posterior son las mismas que en la piel normal, pero están presentes en mayor número. Incluyen estafilococos, géneros de Corynebacterium y Cutibacterium acnes.
Blefaritis anterior
La blefaritis anterior es menos común que la posterior y se caracteriza por inflamación en la base de las pestañas. Los pacientes suelen ser mujeres y tienden a ser más jóvenes.
La blefaritis anterior se puede clasificar como del tipo estafilocócico o seborreico:
- El tipo estafilocócico se caracteriza por escamas y costras alrededor de las pestañas, causadas por la colonización de los párpados por bacterias del género Staphylococcus.
- El tipo seborreico se caracteriza por cambios en la piel similares a la caspa y escamas grasas alrededor de la base de los párpados.
El parásito Demodex folliculorum se puede encontrar en hasta el 30% de los pacientes con blefaritis anterior crónica y también es uno de los factores que contribuyen para la enfermedad.
Factores de riesgo
Los factores que pueden causar o exacerbar los síntomas de la blefaritis incluyen:
- Conjuntivitis alérgica.
- Tabaquismo.
- Uso de lentes de contacto.
- Alergia al maquillaje para los ojos.
- Uso de retinoides.
- Dermatitis seborreica.
- Rosácea.
- Síndrome del ojo seco.
Síntomas
Los pacientes con blefaritis generalmente tienen síntomas recurrentes, que pueden variar con el tiempo y afectar ambos ojos. Los signos y síntomas más comunes de blefaritis incluyen:
- Inflamación de los párpados, con hinchazón, enrojecimiento y picazón.
- Sensación de ardor.
- Ojos rojizos, tipo conjuntivitis.
- Ojos secos.
- Lagrimeo excesivo (que paradójicamente puede ser un signo de ojo seco).
- Costras o lagañas en las pestañas.
- Descamación de la piel en los párpados (caspa en las pestañas).
- Fotofobia (sensibilidad a la luz).
- Visión borrosa, de naturaleza transitoria, que mejora con el parpadeo.
- Pérdida de pestañas (madarosis).
Hasta el 40% de los pacientes tiene ojo seco, lo que ocurre debido a cambios en la producción de la película lagrimal debido a la disfunción de las glándulas del párpado.
La blefaritis generalmente se asocia con enfermedades oculares, como orzuelo, chalazión, triquiasis, ectropión, entropión, lesiones corneales y conjuntivitis infecciosa.
Diagnóstico
El diagnóstico generalmente es realizado por el oftalmólogo, pero el clínico general puede darlo cuando los síntomas son muy típicos.
Las pruebas y los procedimientos utilizados para confirmar el diagnóstico de blefaritis incluyen un examen cuidadoso de los párpados, que puede incluir o no una colección de muestras de secreción de bacterias, hongos o evidencia de alergia.
Tratamiento
La blefaritis es una enfermedad crónica y no tiene cura. Sin embargo, el tratamiento es muy efectivo y relativamente simple. El único problema es que, si el paciente interrumpe el tratamiento, la enfermedad volverá a mostrar síntomas.
La buena higiene de los párpados es la base para el tratamiento de todas las formas de blefaritis. El objetivo es aliviar los síntomas y desarrollar un programa de mantenimiento para prevenir o minimizar futuras exacerbaciones.
Blefaritis con síntomas leves
Los pacientes con síntomas leves a moderados pueden ser tratados con medidas sintomáticas, que incluyen compresas tibias, masaje de párpados, lágrimas artificiales y gotas para los ojos.
Higiene de los párpados: el paciente con residuos en las pestañas debe limpiar suavemente el ojo afectado, usando una compresa empapada en una solución de limpieza de párpados específica, disponible en farmacias, o con un champú neutro infantil bien diluido.
Es importante enfatizar que se debe limpiar los párpados, cerca de las pestañas, pero no el ojo en sí. Después de la limpieza, el paciente debe usar una solución salina para enjuagar los restos de la solución. La limpieza debe realizarse 1 o 2 veces al día, dependiendo de la gravedad de la blefaritis. Se debe evitar el lavado vigoroso ya que puede causar más irritación.
Calor local: el calor local ayuda a disolver las costras, las secreciones grasas y mejora la circulación sanguínea en los párpados.
Para aplicar, use una compresa húmeda con agua tibia a caliente (tenga cuidado de no calentar demasiado el agua) y colóquela sobre el párpado durante 5 a 10 minutos, manteniendo los ojos cerrados. Este procedimiento debe repetirse de 2 a 4 veces al día, siempre antes de realizar la higiene descrita anteriormente.
Masajes en los párpados: el masaje suave de la base de las pestañas tiene como objetivo drenar las secreciones de las glándulas. El masaje debe ser realizado con pequeños movimientos circulares y horizontales, durante unos segundos, justo después de la compresa tibia. Debe hacerse, principalmente, por pacientes con blefaritis posterior.
Lágrima artificial: los pacientes a menudo necesitan usar gotas de lágrimas artificiales para tratar el ojo seco asociado con la blefaritis.
Omega 3: aunque no hay evidencia definitiva, la suplementación con omega 3 ha sido prescrita como una forma de regular la función de las glándulas de los párpados y mejorar la sequedad ocular.
Se puede usar el omega 3 en forma de polvo o pastillas. La dosis recomendada es de 1 gramo, 2 veces al día, con las comidas.
El omega 3 es encontrado naturalmente en algunos pescados (salmón, sardinas), en algunas semillas (semillas de lino) y en aceites vegetales.
Hablamos más sobre las fuentes y los beneficios de omega 3 en el artículo: OMEGA 3 – Alimentos, suplementos y beneficios.
Blefaritis con síntomas severos
Para los pacientes que no responden a las medidas sintomáticas descritas anteriormente y para aquellos con síntomas graves, sugerimos antibióticos tópicos u orales.
Debido al mayor potencial de efectos secundarios sistémicos con medicamentos orales, generalmente se prueba la terapia tópica primero.
Los pacientes con síntomas graves o refractarios siempre deben ser tratados por un oftalmólogo.
Antibióticos tópicos (cremas para los ojos): las cremas con antibióticos tópicos (p. ej., bacitracina, eritromicina) generalmente mejoran los síntomas, reduciendo la carga bacteriana de las pestañas y la conjuntiva. Estos agentes tienden a ser más efectivos para la blefaritis anterior, pero también funcionan para la blefaritis posterior.
La solución oftálmica tópica de azitromicina al 1% es un agente alternativo, especialmente para pacientes con blefaritis posterior.
La crema antibiótica debe ser aplicada directamente en el borde del párpado, una vez al día a la hora de acostarse. Cuando los síntomas mejoran, lo que generalmente demoran una o dos semanas, se puede suspender el tratamiento. Se debe continuar las medidas de higiene de los párpados.
Antibióticos orales (tabletas): los antibióticos orales (p. ej., doxiciclina, tetraciclina, azitromicina) generalmente se reservan para pacientes con blefaritis crónica moderada a severa que tienen una respuesta inadecuada a la terapia antibiótica tópica.
Glucocorticoides tópicos: los corticosteroides tópicos generalmente están reservados para pacientes con blefaritis que no responden a otras terapias. Se prefiere los agentes de baja potencia, como rimexolona, loteprednol etabonato y fluorometolona, ya que tienen un menor riesgo de efectos adversos.
Los corticosteroides tópicos solamente deben ser prescritos en consulta con un oftalmólogo. El tratamiento debe limitarse a dos o tres semanas para reducir el riesgo de cataratas o formación de glaucoma.
Referencias
- Blepharitis – National Eye Institute.
- Blepharitis – American Academy of Ophthalmology.
- Blepharitis – UpToDate.
- Adult Blepharitis – Medscape.
- Ferri FF. Blepharitis. In: Ferri’s Clinical Advisor 2015: 5 Books in 1. Philadelphia, Pa.: Mosby Elsevier; 2015.
- Yanoff M, ed., et al. Blepharitis. In: Ophthalmology. 4th ed. Edinburgh, U.K.: Mosby Elsevier; 2014.
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