Síndrome del intestino irritable – qué es y síntomas

Dr. Pedro Pinheiro
Dr. Pedro Pinheiro

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¿Qué es el síndrome del intestino irritable?

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¿Qué es el síndrome del intestino irritable?

El síndrome del intestino irritable (SII) es un trastorno gastrointestinal que se caracteriza por dolor abdominal y cambios del tránsito intestinal, sin causa orgánica identificable.

El SII es muy común, siendo responsable alrededor del 30 % de todos los encaminamientos para los médicos gastroenterólogos

A pesar de presentar signos y síntomas que pueden ser muy incómodos, el síndrome del intestino irritable no causa inflamación ni lesiones en los intestinos ni aumenta el riesgo de cáncer de intestino.

Solamente un pequeño número de personas con esta enfermedad presenta síntomas y signos graves. La mayoría de las personas puede controlar sus síntomas a través de cambios en la dieta, en el estilo de vida y en el control del estrés.

Causas

El síndrome del intestino irritable es un trastorno de los intestinos que puede provocar cuadros de dolor abdominal, exceso de gases, estreñimiento o diarrea, sin cualquier anomalía identificable que justifique la aparición de dichos síntomas.

El SII es una enfermedad en la cual el intestino no funciona de forma esperada, pero aún no sabemos bien el motivo de esta alteración. Varios estudios hechos a lo largo de los últimos años han levantado algunas hipótesis, y la más probable es que el síndrome del intestino irritable sea provocado por múltiples factores.

Las paredes de los intestinos están recubiertas por capas de músculos que contraen y relajan en un ritmo coordinado, con el fin de hacer que los alimentos ingeridos progresen a lo largo del tracto gastrointestinal. En el paciente que tiene SII, las contracciones pueden ser más intensas y más prolongadas de lo habitual, aumentando la velocidad del tránsito gastrointestinal, lo que provoca gases, cólicos y diarrea.

Por el contrario, el SII también puede causar una situación inversa, con las contracciones intestinales débiles y menos frecuentes, volviendo el tránsito intestinal más lento y favoreciendo la formación de heces secas y duras, lo que lleva al estreñimiento.

Anormalidades en la inervación del tracto gastrointestinal también pueden jugar un papel importante en la génesis de este trastorno, causando reacciones más intensas en los receptores del dolor cuando el intestino está lleno de heces o gas.

Además, el paciente con síndrome del intestino irritable puede quejarse de una sensación de aumento de gases, cuando, en realidad, la cantidad de gas producido por el intestino es similar a la de otras personas. En SII, inclusive una pequeña tensión de la pared intestinal puede ser un evento muy incómodo, mucho más de lo que es para el resto de la población.

El síndrome del intestino irritable es un trastorno crónico que se prolonga durante años, pero suele alternar etapas de empeoramiento de los síntomas con fases prácticamente asintomáticas. El SII, generalmente, ocurre antes de los 35 años y es 2 a 3 veces más común en las mujeres.

Los factores psicológicos juegan un papel importante en la génesis de la enfermedad y la exacerbación de las crisis en muchos pacientes. También hay informes de casos de desarrollo de SII después de una gastroenteritis viral o bacteriana. El paciente presenta un cuadro de diarrea infecciosa, se cura, pero en varias ocasiones pasa a tener cuadros de diarrea compatibles con síndrome del intestino irritable.

Síntomas

Los pacientes con síndrome del intestino irritable pueden presentar una amplia variedad de síntomas, que incluyen no sólo los gastrointestinales, sino también extraintestinal. Sin embargo, son las manifestaciones intestinales que caracterizan la enfermedad, con dolor abdominal, diarrea y estreñimiento- la tríada de los síntomas más típicos.-

La ubicación y la intensidad del dolor, los factores desencadenantes y de alivio, el patrón de evacuación, el tipo de síntomas extraintestinales, etc., pueden ser muy diferentes de un paciente a otro, lo que puede hacer el diagnóstico del SII un reto para el médico.

Dolor abdominal crónico

El dolor abdominal del SII se describe generalmente como un dolor tipo cólico, con intensidad variable y exacerbaciones periódicas. No hay una localización típica para el dolor. El sitio más común es la parte inferior del abdomen, específicamente en el cuadrante inferior izquierdo; sin embargo, el paciente con SII puede quejarse de dolor en el abdomen.

Síndrome del Intestino Irritable

Los episodios agudos de dolor pueden ser desencadenados por comidas o estrés, pero en muchos pacientes el simple hecho de evacuar es suficiente para aliviar el dolor. Este patrón de dolores provocados por alimentos y el alivio por la evacuación es muy común, pero no está presente en todos los pacientes.

Como el dolor de síndrome del intestino irritable no es muy fácil de ser caracterizado, lo más importante es que el médico sepa reconocer cuando el cuadro de dolor NO parezca ser de SII,  sino de cualquier enfermedad orgánica del tracto gastrointestinal.

Por ejemplo, un dolor abdominal asociado con pérdida involuntaria de peso o pérdida del apetito de forma relevante no está generalmente presente en el SII. Un dolor agudo, que se hace progresivamente más intenso y perturba el sueño del paciente, no es habitual. Del mismo modo, un dolor abdominal asociado a fiebre es una señal que habla a favor de infecciones gastrointestinales o enfermedades como apendicitis o diverticulitis.

Diarrea y/o estreñimiento

Un síntoma típico del SII es el cambio en el hábito intestinal, que puede presentarse como diarrea, estreñimiento o un cuadro en el que hay alternancia entre episodios de diarrea y estreñimiento.

Los episodios de diarrea del SII ocurren generalmente durante el día, más frecuentemente por la mañana o después de las comidas. Las deposiciones diarreicas son precedidas generalmente por calambres abdominales, que alivian después de la defecación. El paciente puede tener una diarrea repentina, urgencia para evacuar e incapacidad para retener las heces durante mucho tiempo. En algunos casos, después de la evacuación, el paciente puede tener una incómoda sensación de evacuación incompleta.

Excepto por la presencia de moco en las heces, una queja que aproximadamente la mitad de los pacientes tiene, la diarrea del síndrome del intestino irrítele suele ser blanda, con pocas evacuaciones diarias y sin otras señales de alarma. Si el paciente presenta diarrea con sangre, con gotas de grasas, heces con color negro, vómitos o una diarrea muy intensa, capaz inclusive de perturbar el sueño durante la noche, se debe considerar otro diagnóstico que no el SII como, por ejemplo, una diarrea bacteriana o viral.

Estreñimiento

Los pacientes con SII pueden tener cuadros de constipación que duran de días a meses, con intervalos cortos de diarrea o función normal del intestino. Pasado el evento agudo, el individuo puede permanecer semanas sin cambios relevantes del tránsito intestinal, hasta que se desencadene una nueva crisis.

En algunos pacientes, el estreñimiento es una dificultad de formar una materia fecal voluminosa, haciendo que el paciente evacue en pequeñas cantidades y con las heces en formato de pequeñas bolas. Una sensación de evacuación incompleta, inclusive cuando el recto ya está vacío, también es común.

Otros síntomas gastrointestinales

Diarrea, estreñimiento y dolor abdominal son los síntomas gastrointestinales más típicos del SII, pero no los únicos. También pueden ocurrir hinchazón abdominal, exceso de gases, reflujo gastroesofágico, dificultad para tragar, saciedad temprana, ardor en el estómago y náuseas.

Síntomas extraintestinales

Frecuentemente, pacientes con ISS también presentan síntomas extraintestinales, incluyendo cólico menstrual, dolor durante el sexo, aumento de la micción y síntomas de la fibromialgia.

Diagnóstico

Como el síndrome del intestino irritable no tiene ninguna causa orgánica identificable, pruebas de laboratorio o imagen suelen ser completamente normales. De hecho, la existencia de cambios en estos exámenes es un dado que habla contra el diagnóstico del SII.

Por lo tanto, como no hay exámenes complementarios específicos para el SII, se debe hacer el diagnóstico a través de la evaluación cuidadosa de los signos y síntomas del paciente.

Para facilitar y estandarizar el diagnóstico, un grupo internacional de expertos creó en 1992 un conjunto de criterios para el diagnóstico del síndrome del intestino irritable, llamado criterios de Roma (no confundir con los criterios de Roma para el estreñimiento). Estos criterios han sido actualizados a lo largo de los años y la última publicación, llamada «Roma IV para el síndrome del intestino irritable», es actualmente la más utilizada.

Según los criterios de Roma IV, el SII se define como dolor abdominal recurrente, en promedio, al menos un día por semana en los últimos tres meses, asociado con dos o más de los siguientes criterios:

  • Relacionado con la defecación.
  • Asociado con un cambio en la frecuencia de las deposiciones (diarrea o estreñimiento).
  • Asociado con un cambio en la forma de las heces (aspecto).

Después del establecimiento de la diagnosis, el SII también puede ser clasificado en 4 subtipos. Se debe utilizar la escala de forma de heces de Bristol para registrar la consistencia de las heces.

Escala de forma de heces de Bristol
Escala de Bristol

Los subtipos de SII se definen para la práctica clínica de la siguiente manera:

  • Síndrome del intestino irritable con estreñimiento: el paciente informa que las deposiciones anormales suelen ser estreñimiento (tipo 1 y 2 en la escala de Bristol).
  • Síndrome del colon irritable con diarrea: el paciente informa que las deposiciones anormales suelen ser diarrea (tipo 6 y 7 en la escala de Bristol).
  • Síndrome del intestino irritable mixto: el paciente informa que las deposiciones anormales suelen ser tanto estreñimiento como diarrea (más de una cuarta parte de todas las deposiciones anormales fueron estreñimiento y más de una cuarta parte diarrea).
  • Síndrome del intestino irritable inespecífico: pacientes que cumplen con los criterios de diagnóstico del SII pero que no pueden clasificarse con precisión en uno de los otros tres subtipos.

Tratamiento

Como todavía se desconocen las causas del síndrome del intestino irritable, los tratamientos actuales de la enfermedad se centran en el alivio de los síntomas y la mejora de la calidad de vida.

En la mayoría de los pacientes con cuadros ligeros de SII, los signos y síntomas pueden fácilmente controlarse con cambios en el estilo de vida y la dieta. Es importante que el paciente aprenda a reconocer qué tipos de alimentos desencadenan la crisis para que puedas evitarlos. La reducción del estrés también es un factor vital en el tratamiento, pero esto no siempre es muy fácil de implementar.

Ejercicio físicos regulares y la ingesta frecuente de agua, esta última principalmente en aquellos con SII con diarrea, también son importantes.

Consejos sobre la dieta para el síndrome del intestino irritable

Pacientes con SII pueden ser más sensibles a algunos tipos de carbohidratos que se fermentan durante el proceso de digestión, ya que esto puede llevar a la producción creciente de gases por las bacterias intestinales. Algunos pacientes también se benefician cuando restringen alimentos ricos en gluten.

La lista de alimentos que pueden desencadenar episodios de diarrea, hinchazón o dolor abdominal en el síndrome del intestino irritable es muy grande y no siempre lo que es malo para una persona tiene el mismo efecto para otra.

Lo importante es conocer la lista y tratar de detectar cuáles son los alimentos, en tu caso particular, son menos tolerados. Son ellos: refrescos, col, brócoli, coliflor, frijoles, leche, cebolla, trigo, cebada, centeno, puerros, ajo, chalotes, alcachofas, remolacha, hinojo, guisantes, achicoria, pistachos, anacardos, lentejas, garbanzos, manzana, pera, mango, cereza, sandía, espárragos, miel, jarabe de maíz, albaricoque, nectarina, melocotón, ciruela, setas y goma de mascar.

Remedios para el síndrome del intestino irritable

En los pacientes con SII moderado a severo, cuyos síntomas interfieren en la calidad de vida, el tratamiento medicamentoso suele ser necesario. En este caso, una cita con un gastroenterólogo es esencial.

Pacientes en los cuales la diarrea es el síntoma predominante, los antidiarreicos, como la loperamida (Imosec), pueden ser útiles. Si el cólico es el síntoma principal, antiespasmódicos, como la hioscina (escopolamina), ayudan. En pacientes con estreñimiento, los laxantes suelen ser necesarios para regularizar el tránsito intestinal.

Los antidepresivos pueden ser útiles en pacientes con depresión o con altos niveles de estrés, lo que sabemos que es un factor de agravación de los síntomas del síndrome del intestino irritable.


Referencias


Autor(es)

Dr. Pedro Pinheiro

Médico licenciado por la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ), con títulos de especialista en Medicina Interna por la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ) y de Nefrología por la Universidad Estadual de Río de Janeiro (UERJ) y por la Sociedad Brasileña de Nefrología (SBN). Actualmente vive en Lisboa, Portugal, tiene títulos reconocidos por la Universidad de Oporto y por el Colegio de Nefrología de Portugal.

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