Flujo vaginal: blanco, amarillo, marrón, maloliente…

Dr. Pedro Pinheiro

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Introducción

Flujo vaginal es el nombre dado a la secreción de fluidos por la vagina. El flujo vaginal puede ser algo completamente normal o un signo de enfermedad ginecológica.

Las secreciones vaginales naturales son producidas por glándulas en el canal vaginal y desempeñan un papel importante en la salud femenina, ya que ayudan a eliminar las células muertas y las bacterias del sistema reproductor. Esto mantiene la vagina limpia y ayuda a prevenir las infecciones.

En general, los flujos claros, que no están asociados a otros síntomas, son benignos y no necesitan tratamiento. Por otro lado, si el flujo tiene coloración verdosa o amarillenta, mal olor y está asociado al dolor o picazón, es probable que sea una señal de infección ginecológica.

En este texto vamos a abordar las causas del flujo vaginal detallando los signos que pueden indicar una vaginitis o colpitis (inflamación de la vagina).

Si buscas información específica sobre el flujo vaginal en el embarazo, lee: Flujo vaginal en el embarazo.

Flujo vaginal normal

Antes de hablar sobre el flujo vaginal fisiológico, es decir, el flujo vaginal normal, no relacionado con enfermedades, tenemos que hacer un rápido repaso de la anatomía ginecológica femenina.

La confusión entre vagina y vulva es muy frecuente. Cuando observamos los genitales externos femeninos lo que vemos es la vulva; de la vagina solo podemos observar su orificio externo, porque la vagina propiamente dicha es el conducto que está dentro del cuerpo y termina en el cuello uterino, como puede verse en la ilustración siguiente.

Aparato reproductor femenino

El flujo suele originarse en la vagina y en el cuello uterino, y solamente se hace perceptible cuando sale por el orificio vaginal.

Todas las mujeres en edad reproductiva pueden tener flujo vaginal normal, denominado flujo vaginal fisiológico. Este flujo se compone de una combinación de células muertas de la vagina, bacterias naturales de la flora vaginal y secreción de moco; suele tener un volumen de entre 1 y 4 ml al día y su función es humedecer, lubricar y mantener limpia la vagina, dificultando así el desarrollo de infecciones.

El flujo vaginal fisiológico es estimulado por los estrógenos, por lo que puede aumentar su volumen en periodos de mayor estimulación hormonal, como el embarazo, el uso de anticonceptivos con estrógenos, en la mitad del ciclo menstrual, cerca de la ovulación o días antes de la menstruación.

El flujo vaginal normal suele tener las siguientes características:

  • Puede ser espeso, acuoso o elástico.
  • Es de color blanco, lechoso o transparente.
  • Tiene un olor muy ligero o no tiene olor.
  • No hay signos ni síntomas de irritación, como dolor, ardor, enrojecimiento o picor en la vagina o la vulva.

Esta última característica es una de las pistas más importantes para identificar un flujo fisiológico. Sin embargo, es crucial señalar que en algunas mujeres con flujo fisiológico puede producirse una ligera irritación de la vulva.

Cambios del flujo vaginal a lo largo del ciclo menstrual

Las características del flujo vaginal fisiológico cambian a lo largo del ciclo menstrual y son tan típicas que pueden servir de guía a las mujeres que quieren identificar el día de su ovulación (lee: ¿Cuándo es el periodo fértil para quedarse embarazada?).

Esta pequeña secreción que se origina en el cuello uterino se denomina moco cervical. La consistencia y el aspecto del moco cervical a lo largo del ciclo menstrual suelen seguir el siguiente patrón:

  • Durante la menstruación, el flujo sanguíneo cubre el moco, que se vuelve imperceptible.
  • Justo después del final de la menstruación, la mujer suele pasar de 3 a 4 días sin moco ni flujo. Son los llamados “días secos”.
  • Tras este breve periodo seco, cuando el óvulo empieza a madurar, comienza a producirse moco cervical. En esta fase, el moco suele ser de color claro, ligeramente amarillo, blanco o turbio, y de consistencia pegajosa.
  • Justo antes de la ovulación y durante ésta, el volumen de moco aumenta y el flujo vaginal se hace más perceptible. La secreción suele ser clara, líquida, de consistencia resbaladiza y elástica, parecida a la clara de huevo.
  • Después de la ovulación, la cantidad de moco disminuye mucho. Al principio, vuelve a ser turbia y pegajosa, hasta que desaparece y la mujer tiene varios días secos. Esto dura entre 11 y 14 días, hasta que empieza el nuevo ciclo menstrual.
Moco cervical

Flujo vaginal anormal

La leucorrea o flujo vaginal patológico es el que está relacionado con alguna enfermedad ginecológica. Este tipo de flujo puede tener varias causas. Las más comunes son la vaginitis, también llamada colpitis, que es la infección de la vagina, normalmente causada por bacterias u hongos.

La leucorrea también puede producirse por atrofia de la mucosa vaginal tras la menopausia, alergia a algunas sustancias, como los espermicidas, o por la presencia de un cuerpo extraño en la vagina.

Expondremos brevemente las principales causas de vaginitis y flujo vaginal. Puedes leer más detalles en los textos específicos de cada una de las enfermedades descritas a continuación.

Candidiasis

La cándida es un hongo que forma parte de la flora germinal natural de la vagina, la piel y los intestinos. La cándida vive normalmente en nuestra piel y no suele causar síntomas. Sin embargo, cuando se produce alguna alteración en las condiciones habituales de nuestro organismo, como el uso excesivo de antibióticos, el estrés, enfermedades, como la diabetes, la inmunosupresión, traumatismos, etc., la cándida puede empezar a multiplicarse en exceso, provocando síntomas.

La candidiasis vaginal suele manifestarse como picor o ardor en la vulva, dolor al orinar, dolor durante las relaciones sexuales y flujo vaginal.

El flujo vaginal causado por la candidiasis suele tener las siguientes características:

  • Flujo espeso.
  • Sin olor fuerte.
  • Puede ser abundante.
  • Blanquecino, a menudo con aspecto similar al queso cottage.
  • Produce picor vaginal.
  • Provoca dolor o ardor, especialmente durante las relaciones sexuales o al orinar.
Cuello uterino con secreción blanquecina, con zonas parecidas queso cottage - candidiasis
Cuello uterino con secreción blanquecina, con zonas parecidas al queso cottage – candidiasis

Para más informaciones sobre el flujo provocado por la candidiasis, lee: Candidiasis vaginal: qué es, causas, síntomas y tratamiento.

Gonorrea y Clamidia

La gonorrea y la clamidia son dos infecciones de transmisión sexual (ITS) causadas por las bacterias Neisseria gonorrhoeae y Chlamydia trachomatis, respectivamente.

Ambas infecciones provocan cervicitis (infección del cuello uterino) y pueden cursar con flujo vaginal, normalmente de aspecto mucopurulento (amarillo turbio). Otros síntomas asociados son dolor al orinar, dolor durante el coito, normalmente con hemorragia postcoital, e irritación de la vulva.

Las principales características del flujo vaginal causado por la gonorrea o la clamidia son:

  • El flujo puede ser amarillo, verdoso o incluso purulento.
  • Suele ser espeso y con aspecto de pus.
  • Puede tener un olor desagradable, aunque no todas las mujeres perciben un olor específico.
  • La cantidad de flujo puede variar y, en algunos casos, puede ser bastante abundante.
  • La gonorrea también puede causar dolor o sensación de quemazón al orinar, dolor pélvico y hemorragias fuera del periodo menstrual.

El flujo causado por la clamidia suele ser similar al de la gonorrea, pero normalmente más leve.

Para más informaciones sobre el flujo provocado por la gonorrea o clamidia, lee: Gonorrea – Síntomas y tratamiento y Clamidia – Síntomas y Tratamiento.

Tricomoniasis

La tricomoniasis es una infección de transmisión sexual causada por un protozoo llamado Trichomonas vaginalis.

No todas las pacientes infectadas experimentan síntomas. Cuando hay síntomas, la afección suele ser vaginitis y se presenta con un flujo fino, amarillo verdoso y maloliente, asociado a los demás signos clásicos de la vulvovaginitis, como dolor al orinar, irritación vulvar y sangrado/dolor durante el coito.

El Trichomonas vaginalis puede permanecer asintomático durante mucho tiempo antes de causar vaginitis, por lo que es difícil saber exactamente cuándo se produjo la contaminación.

Sin tratamiento, la infección puede durar meses o incluso años, convirtiéndose en un factor de riesgo de infertilidad y cáncer de cuello uterino.

Las principales características del flujo vaginal causado por la tricomoniasis son:

  • El color del flujo puede variar entre amarillo, verde, gris o blanco.
  • Suele tener una consistencia fina y espumosa.
  • Puede tener un olor fuerte y desagradable, a menudo descrito como “a pescado”.
  • La cantidad de flujo puede variar, pero suele ser más abundante que el flujo vaginal normal.
  • La tricomoniasis también puede causar picor, irritación y enrojecimiento en la zona genital, dolor o sensación de quemazón al orinar y dolor durante las relaciones sexuales.
  • Los síntomas pueden empeorar durante la menstruación.
Flujo vaginal amarillento y espumoso causado por la tricomoniasis
Flujo vaginal amarillento y espumoso causado por la tricomoniasis

Para más informaciones sobre el flujo provocado por el Trichomonas vaginalis: Tricomoniasis: qué es, síntomas y tratamiento.

Vaginosis bacteriana

La vaginosis bacteriana es la principal causa de flujo vaginal anormal. Es una infección causada por cambios en la flora natural de la vagina que provocan una reducción del número de lactobacilos (bacterias “buenas”) y un crecimiento excesivo de bacterias aerobias (bacterias “malas”) como Gardnerella vaginalis, Mycoplasma hominis, Prevotella, Porphyromonas, Bacteroides, Peptostreptococcus, Fusobacterium y Atopobium vaginae.

Es muy común asociar la vaginosis bacteriana con la bacteria Gardnerella vaginalis, sin embargo, esta enfermedad es causada por el crecimiento de múltiples bacterias, no solamente de G. vaginalis.

En estes casos se utiliza el término vaginosis en lugar de vaginitis, porque hay poca o ninguna inflamación de la vagina, solo crecimiento bacteriano.

El síntoma típico de la vaginosis es un flujo vaginal fino, de color grisáceo, con un olor muy fuerte, como “a pescado podrido”. Los demás síntomas de la inflamación vulvo-vaginal, como el dolor al orinar, el picor de la vulva y el dolor durante el coito, son mucho menos frecuentes, estando generalmente ausentes.

La proliferación de bacterias y la disminución del número de lactobacilos provocan un aumento significativo del pH de la vagina.

Las principales características del flujo vaginal causado por la vaginosis bacteriana son:

  • El flujo puede ser blanco, gris o ligeramente amarillento.
  • Suele tener una consistencia fina y acuosa.
  • Puede tener un olor fuerte y desagradable, a menudo descrito como “a pescado podrido”, que puede ser más perceptible después del coito.
  • La cantidad de flujo puede variar, pero suele ser mayor que el flujo vaginal normal.
  • La vaginosis bacteriana no suele causar picor, dolor ni enrojecimiento en la zona genital, aunque algunas mujeres pueden experimentar una leve irritación.

Para más informaciones sobre el flujo provocado por vaginosis bacteriana: Vaginosis bacteriana: qué es, síntomas y tratamiento.

Atrofia vaginal

La atrofia de la vagina suele producirse después de la menopausia. Los estrógenos estimulan el flujo fisiológico, y su falta provoca sequedad, adelgazamiento y pérdida de elasticidad de la mucosa vaginal. Esta atrofia vaginal puede provocar inflamación con flujo, dolor al orinar y molestias durante las relaciones sexuales.

La atrofia vaginal forma parte del síndrome genitourinario de la menopausia, pero también puede producirse durante la lactancia o en mujeres que se han sometido a tratamientos que reducen los niveles de estrógenos, como ciertas cirugías o terapias hormonales para el cáncer.

Algunas características del flujo vaginal causado por la atrofia vaginal son:

  • El flujo puede ser transparente, incoloro o ligeramente blanquecino.
  • Suele tener una consistencia fina y acuosa.
  • No suele tener un olor fuerte o desagradable.
  • La cantidad de flujo puede variar, pero suele ser menor que el flujo vaginal normal, porque la atrofia vaginal también puede provocar sequedad vaginal.
  • La atrofia vaginal puede causar síntomas como sequedad, picor, irritación, dolor o molestias en la zona genital, dolor o sensación de quemazón al orinar y dolor durante las relaciones sexuales.

Alergia

El flujo vaginal provocado por alergias a productos químicos o sustancias puede variar en función de la persona y de la sustancia a la que sea alérgica.

Estas alergias pueden ser provocadas por productos como jabones, toallitas húmedas, lubricantes, espermicidas, látex de preservativos, perfumes, compresas o tampones, entre otros. La reacción alérgica en la vagina puede provocar flujo vaginal.

Las principales características del flujo vaginal causado por las alergias son:

  • El flujo puede ser transparente, incoloro o ligeramente blanquecino.
  • Suele tener una consistencia acuosa o mucosa.
  • No suele tener un olor fuerte o desagradable.
  • La cantidad de flujo puede variar, pero suele ser menor que el flujo vaginal normal.
  • Las alergias pueden causar síntomas como picor, enrojecimiento, hinchazón, irritación y dolor en la zona genital. Estos síntomas pueden ser más intensos justo después del contacto con el alérgeno.

Causas menos comunes

Las causas mencionadas anteriormente son los más comunes, pero no son las únicas. Si la mujer tiene un flujo vaginal persistente, que no parece ser fisiológico, y no se identificó ninguna de las causas comunes, el ginecólogo debe pensar también en las siguientes hipótesis:

Flujo vaginal según sus características

Flujo marrón

Cualquier situación que provoque algún grado de hemorragia vaginal o uterina puede provocar un flujo de color marrón. Las causas principales son

  • Restos de la menstruación mezclados con flujo fisiológico.
  • Traumatismos en la zona vaginal o uterina.
  • Infecciones.
  • Cuerpo extraño en la vagina.
  • Tumores ginecológicos.
  • Hemorragia uterina causada por la implantación del embrión en el útero en los primeros días del embarazo.
  • Atrofia vaginal.
  • Embarazo ectópico.

Flujo vaginal amarillento o verdoso

El flujo vaginal amarillento o verdoso suele ser un signo de infección ginecológica, sobre todo si va acompañado de mal olor, ardor o picor vaginal. Las causas principales son

  • Tricomoniasis.
  • Gonorrea.
  • Clamidia.

El flujo fisiológico suele ser blanco y transparente, pero cuando se expone al aire tras el contacto con las bragas, puede volverse un poco amarillento. Por lo tanto, si la mujer no tiene ningún síntoma y la secreción no huele, el hecho de que sea amarillenta no indica necesariamente una infección en curso. En caso de duda, lo mejor es acudir al ginecólogo para que evalúe el flujo.

Flujo blanco o grisáceo

El flujo blanco o grisáceo suele ser normal, sobre todo si es fino, poco abundante y se produce cerca del periodo ovulatorio. Sin embargo, si el flujo es espeso, pastoso, lechoso o grumoso, especialmente si se asocia a síntomas irritantes, como picor, dolor vaginal o mal olor, deben investigarse las infecciones. Las causas principales son

  • Candidiasis.
  • Vaginosis bacteriana.

Flujo maloliente

El flujo maloliente es típico de una infección ginecológica. Las causas principales son

  • Vaginosis bacteriana (olor muy fuerte).
  • Tricomoniasis.

Diagnóstico

Para distinguir correctamente los tipos de flujo vaginal se hace necesaria una consulta con el médico ginecólogo. A través del examen ginecológico es posible observar si hay vaginitis, cervicitis o solamente flujo sin signos de inflamación.

También es posible recolectar muestras del flujo para evaluación del pH vaginal, investigación microscópica y cultivo.

Tratamiento

El tratamiento del flujo depende de la causa, variando desde antifúngicos o antibióticos para las infecciones, hasta cremas de estrógeno para la vaginitis atrófica. No hay un tratamiento único que sirva para todos los tipos de flujo.

Si tienes flujo vaginal, busca tu ginecólogo para que la causa sea esclarecida y se pueda instituir el tratamiento adecuado.


Referencias


Autor(es)

Médico licenciado por la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ), con títulos de especialista en Medicina Interna por la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ) y de Nefrología por la Universidad Estadual de Río de Janeiro (UERJ) y por la Sociedad Brasileña de Nefrología (SBN). Actualmente vive en Lisboa, Portugal, tiene títulos reconocidos por la Universidad de Oporto y por el Colegio de Nefrología de Portugal.

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