Riesgos de la exposición al sol
La exposición al sol puede tener efectos inmediatos y acumulativos y, sin la protección adecuada, puede provocar daños a corto y largo plazo, como quemaduras solares, envejecimiento prematuro, aparición de manchas oscuras en la piel y desarrollo de cáncer de piel.
La fotoprotección significa protegerse del sol. La mayoría de las personas creen que el filtro solar (también llamado protector solar o bloqueador solar) es suficiente para proporcionarnos esta fotoprotección, pero esto no es cierto.
El protector solar, aunque es esencial, solo constituye una parte de la protección solar completa, que también debe incluir otras medidas, tales como:
- Uso de ropa con protección UV: bloquea la entrada de radiación directamente en la piel, especialmente durante las actividades al aire libre.
- Gafas de sol con protección UV: evitan el envejecimiento de la piel alrededor de los ojos y reducen el riesgo de cataratas y otras enfermedades oculares relacionadas con la radiación.
- Sombreros y gorras de alas anchas: protegen la cara, las orejas y el cuello.
- Preste atención al índice UV diario: especialmente en épocas del año y horas en las que el índice es alto. El índice UV es un indicador del riesgo de exposición, que varía de 0 a 11, por lo que es esencial ajustar la protección en función del nivel del índice.
Tipos de radiación solar
El sol emite diferentes tipos de radiación que llegan a la Tierra y afectan a nuestra piel de formas específicas. Cada tipo de radiación tiene una longitud de onda y penetra en la piel en diferentes capas, causando daños que varían de superficiales a profundos.
Hay cuatro tipos principales de radiación que llegan a la superficie de la Tierra:
Radiación ultravioleta B (UVB)
La radiación UVB tiene una longitud de onda más corta y penetra en la capa más superficial de la piel (epidermis). Esta forma de luz es prácticamente imperceptible y está asociada con un mayor riesgo de cáncer de piel, incluido el melanoma, uno de los tipos más agresivos de cáncer. También es responsable de las quemaduras solares, el bronceado de la piel y el oscurecimiento de las manchas (hiperpigmentaciones).
La radiación UVB es más intensa en las zonas tropicales, durante el verano y en horarios cercanos al mediodía. Por lo tanto, se recomienda encarecidamente evitar la exposición solar directa entre las 10:00 y las 16:00 horas.
Radiación ultravioleta A (UVA)
La radiación UVA tiene una longitud de onda más larga que la UVB, lo que le permite penetrar más profundamente en la piel, llegando a la dermis (capa de la piel situada debajo de la epidermis).

La radiación UVA también es poco perceptible y representa el 95 % de la luz que llega a la Tierra. Es responsable del envejecimiento prematuro (fotoenvejecimiento), como las arrugas y la pérdida de elasticidad, y también contribuye al desarrollo del cáncer de piel.
La radiación UVA mantiene una intensidad constante a lo largo del año y del día, independientemente del clima y la ubicación geográfica. Esta es una de las principales razones para usar protector solar diariamente, incluso cuando no se va a la playa o a la piscina. Puede causar daños incluso en días nublados, ya que atraviesa las nubes y el cristal.
Radiación infrarroja
La radiación infrarroja es una radiación de tono rojizo, que se percibe principalmente como calor y es responsable de la sensación de calor al sol. Si está a la sombra y pone la mano bajo el sol, incluso con los ojos cerrados, sentirá que la mano está expuesta al sol por la inmediata sensación de calor. Esto lo provoca la radiación infrarroja.
Al tener una longitud de onda mayor, su capacidad de penetración en la piel es menor que la de los rayos UVA y UVB. Sin embargo, algunos estudios sugieren que la radiación infrarroja puede desencadenar procesos inflamatorios y contribuir a la formación de manchas. También afecta a la hidratación de la piel y, al generar calor, puede agravar los daños provocados por la exposición a las radiaciones UVA y UVB.
Luz visible
De todo el espectro electromagnético, la luz visible es la única banda de onda que nuestros ojos pueden ver. La luz visible incluye todos los colores que podemos distinguir.

Aunque no se ha estudiado tanto como las radiaciones UVA y UVB, hay pruebas de que la luz visible, especialmente la luz azul (procedente del sol y de los dispositivos electrónicos), puede exacerbar la hiperpigmentación en las pieles más oscuras y contribuir a la aparición de manchas. Sin embargo, esto aún no está totalmente demostrado.
Ahora que sabemos por qué las radiaciones UVA y UVB son las más dañinas para nuestra salud y en qué momentos del día estamos más expuestos a cada una de ellas, vamos a comprender un poco mejor los productos de fotoprotección que nos ofrece la industria farmacéutica.
Tipos de protectores solares
No todos los protectores solares protegen contra todos los tipos de radiación. En general, se dividen en dos tipos principales: filtros físicos y filtros químicos.
Filtros físicos
Los filtros físicos, también llamados bloqueadores solares, utilizan compuestos como el dióxido de titanio y el óxido de zinc. Actúan formando una barrera sobre la piel que refleja y dispersa la radiación UV, tanto los rayos UVA como los UVB, impidiendo que penetren en las capas más profundas de la piel.
Originalmente, los filtros físicos dejaban una capa blanquecina en la piel debido al tamaño de las partículas, pero con el desarrollo de tecnologías como la nanotecnología, estos filtros pueden aplicarse de forma más transparente y cosméticamente aceptable.
Los filtros físicos están especialmente indicados para pieles sensibles, incluidas las de bebés (a partir de los 6 meses) y niños, ya que tienen menos potencial de causar irritación o reacciones alérgicas y son menos absorbidos por el organismo.
Filtros químicos
Los filtros químicos, también llamados filtros orgánicos, son compuestos capaces de absorber la radiación UV y convertirla en una pequeña cantidad de calor, evitando así que estos rayos dañen la piel.
Los diferentes filtros químicos pueden proteger de diferentes rangos de radiación UV, incluyendo UVB, UVA de longitud corta (UVA2) y UVA de longitud larga (UVA1). Para garantizar una protección de amplio espectro, las formulaciones de protectores solares químicos suelen combinar varios tipos de filtros que cubren estos rangos de radiación.
Algunos filtros ampliamente utilizados son la avobenzona para la protección contra los rayos UVA, el octinoxato para los rayos UVB y el octocrileno, que también ayuda a estabilizar otros filtros químicos fotosensibles.
Aunque ofrecen una buena protección y son más ligeros para la piel, los filtros químicos son más propensos a causar irritaciones y reacciones alérgicas en algunas personas, especialmente en pieles más sensibles.
Al ser más ligeros y transparentes, suelen ser los preferidos para el uso diario. Sin embargo, deben aplicarse entre 20 y 30 minutos antes de la exposición al sol.
Existen filtros mixtos, que combinan elementos de los filtros físicos y químicos para ofrecer una protección solar más completa y eficaz. Estos protectores solares mixtos son cada vez más comunes y están diseñados para combinar las ventajas de ambos tipos de filtros.
¿Qué significa FPS en los protectores solares?
El factor de protección solar (FPS) es una medida que indica el nivel de protección que ofrece un protector solar contra la radiación ultravioleta B (UVB), que es la principal responsable de las quemaduras solares y los daños inmediatos en la piel.
El FPS funciona como un índice de multiplicación del tiempo en que una persona puede permanecer expuesta al sol sin sufrir quemaduras, en comparación con la piel desprotegida. Por ejemplo, un protector solar con FPS 30 permite, en teoría, que una persona permanezca 30 veces más tiempo al sol sin quemarse, en comparación con lo que ocurriría sin protección.
Por ejemplo, imagina dos personas, una de piel clara que, sin ningún protector, comienza a enrojecerse después de 10 minutos de exposición al sol, y otra de piel morena, que comienza a enrojecerse después de 20 minutos de la misma exposición.
Si ambas se aplican un protector solar con FPS 30, en teoría, la persona de piel más clara podrá permanecer unos 300 minutos al sol (30 × 10 minutos) antes de empezar a presentar enrojecimiento, mientras que la persona de piel morena podría permanecer unos 600 minutos (30 × 20 minutos) en las mismas condiciones. Esto demuestra que, cuanto más clara es la piel, menor es el tiempo de protección efectiva que ofrece un mismo factor de protección solar (FPS).
El FPS se calcula en condiciones controladas, en las que se aplica una cantidad específica de protector solar (2 mg/cm²) de manera uniforme sobre la piel de voluntarios. Durante las pruebas, la piel protegida y la piel desprotegida se exponen a una fuente de luz que simula la radiación solar, y el FPS se determina por la relación entre la cantidad de UVB necesaria para causar una quemadura leve en la piel protegida en comparación con la piel desprotegida.
Sin embargo, es importante destacar que el FPS solo mide la protección contra los rayos UVB y no es un indicador directo de la protección contra los rayos UVA, que también causan daños en la piel, como el envejecimiento prematuro y el riesgo de cáncer. Por lo tanto, se recomienda el uso de protectores solares etiquetados como «de amplio espectro», que garantizan la protección tanto contra los rayos UVB como contra los UVA.
Estudios recientes indican que, en la práctica, la mayoría de las personas aplican menos protector solar del recomendado, lo que reduce la protección efectiva. Como resultado, para compensar esta aplicación insuficiente, se recomienda a menudo el uso de protectores solares con FPS 30 o superior para garantizar un margen de seguridad adecuado. La relación entre el FPS y la protección no es lineal; mientras que un FPS 15 filtra alrededor del 93 % de la radiación UVB, un FPS 30 filtra el 97 % y un FPS 50, el 98 %.
Por lo tanto, el FPS es una medida útil para comprender el grado de protección que ofrece el producto contra las quemaduras solares, pero la aplicación correcta y la reaplicación regular son esenciales para que la protección sea eficaz.
Un adulto de 70 kg, en un solo día en la playa, debe usar un frasco de 60 ml de protector solar. En la práctica, solo usamos entre el 25 % y el 50 % de esa cantidad. Por lo tanto, la aplicación de protectores con un FPS más alto, como 50+, proporciona una protección más fiable, especialmente teniendo en cuenta que la cantidad aplicada suele ser inferior a la recomendada.
¿Qué significan PPD y PA en las etiquetas de los protectores solares?
El PPD (Persistent Pigment Darkening) y el PA (Protection Grade of UVA) son métodos diferentes para medir la protección contra los rayos UVA en los protectores solares de amplio espectro, pero ambos tienen el mismo objetivo: indicar la eficacia del producto para proteger la piel contra los daños causados por la radiación UVA.
Nota: no todos los filtros solares indican el grado de PPD o PA en la etiqueta. Muchos solo indican que ofrecen protección contra los rayos UVA, sin cuantificarla.
PPD
El PPD es una medida de la protección de un protector solar contra la radiación ultravioleta A (UVA), especialmente la UVA1 (340 a 400 nm).
El PPD es un método ampliamente utilizado en Europa. Indica cuántas veces el protector solar aumenta la resistencia de la piel a la pigmentación causada por los rayos UVA en comparación con la piel desprotegida. Por ejemplo, un PPD 10 significa que la persona podría estar expuesta a los rayos UVA durante un tiempo 10 veces mayor que si no utilizara protector, antes de presentar pigmentación visible. Es una medida numérica directa y suele aparecer como un valor en la etiqueta.
PA
El sistema PA es muy popular en Asia, especialmente en Japón y Corea, y se ha desarrollado a partir del método PPD, pero utiliza una escala de símbolos «+» para simplificar la indicación de la protección UVA. La clasificación PA se basa en una prueba similar a la del PPD y se divide en cuatro niveles:
- PA+: protección UVA baja (PPD entre 2 y 4).
- PA++: protección moderada (PPD entre 4 y 8).
- PA+++: protección UVA alta (PPD entre 8 y 16).
- PA++++: protección UVA muy alta (PPD superior a 16).
La eficacia de estas clasificaciones sigue siendo objeto de debate. Un PPD elevado o una indicación de PA+++ o ++++ pueden significar que el producto ofrece protección anti-UVA, pero aún no sabemos con certeza cuál es el verdadero grado de protección que estos protectores de amplio espectro proporcionan realmente contra los rayos UVA.
En general, los filtros físicos o mixtos ofrecen una mayor protección contra los rayos UVA que los filtros puramente químicos.
¿Cómo aplicar el protector solar?
Para garantizar la protección prometida por el FPS, el protector solar debe aplicarse generosamente y reaplicar con frecuencia.
El momento de la aplicación es importante. Los protectores solares deben aplicarse entre 15 y 30 minutos antes de la exposición al sol para permitir la formación de una película protectora en la piel. Se recomienda esperar al menos unos minutos después de aplicar el protector solar antes de vestirse.
Regla de las nueve cucharaditas
La «regla de la cucharadita» recomienda utilizar el protector solar de la siguiente manera:
- 1 cucharadita de protector solar en la cara y el cuello.
- 2 cucharaditas en la parte delantera y trasera del tronco.
- 1 cucharadita en cada brazo.
- 2 cucharaditas en cada pierna.
En los niños, se puede usar la mitad de la dosis para adultos.
El método de la «regla de la cucharadita» y la doble aplicación (aplicar una capa y volver a aplicar inmediatamente después) son estrategias recomendadas para garantizar una cobertura adecuada. Además, el protector solar debe reaplicarse cada dos horas y después de nadar o sudar, incluso si el producto está etiquetado como «resistente al agua».
Es importante tener en cuenta el tipo de piel y el tipo de exposición que se prevé tener. Por ejemplo, los productos más espesos y aceitosos forman una capa más gruesa y no se eliminan tan fácilmente en el agua, por lo que son la mejor opción para niños y deportistas, pero pueden causar acné en personas con piel grasa. Por su parte, los productos en gel no empeoran el acné, pero se eliminan con mucha facilidad con un mínimo de sudoración y rara vez contienen filtros físicos en su fórmula.
Protector solar en niños
El uso de protector solar en niños pequeños debe ser cauteloso. Para los niños menores de seis meses, se recomienda evitar el uso de protectores solares y optar por ropa protectora y sombra. Para los niños mayores de esa edad, se prefieren los filtros físicos, como el óxido de zinc y el dióxido de titanio, debido a su menor potencial de irritación y a su baja absorción sistémica.
Efectos del protector solar en la producción de vitamina D
La relación entre el uso de filtros solares y la producción de vitamina D ha sido ampliamente estudiada, ya que la vitamina D se sintetiza en la piel en respuesta a la exposición a la radiación ultravioleta B (UVB) del sol. Esta vitamina es esencial para la salud ósea, además de tener funciones inmunológicas y posibles efectos protectores contra algunas enfermedades.
El uso de protector solar, especialmente los productos con FPS alto, puede reducir teóricamente la producción de vitamina D al bloquear parte de la radiación UVB que llega a la piel. Sin embargo, en la práctica, el impacto del protector solar sobre los niveles de vitamina D es generalmente menor de lo que se pensaba por varias razones:
- Cantidad aplicada: las personas suelen aplicar menos protector solar del recomendado, lo que se traduce en una menor cobertura y, por lo tanto, en una menor protección UVB que la especificada en la etiqueta.
- Reaplicación insuficiente: la mayoría de las personas tampoco se vuelven a aplicar el protector solar con la frecuencia indicada (cada dos horas), lo que permite que parte de los rayos UVB lleguen a la piel a lo largo del día.
- Exposición solar natural: incluso con el uso de protector solar, muchas personas siguen recibiendo una cantidad suficiente de radiación UVB incidental al realizar actividades al aire libre. Pequeñas cantidades de exposición solar, como en los brazos o la cara durante períodos cortos, suelen ser suficientes para mantener niveles adecuados de vitamina D en la población general.
Para las personas que necesitan una fotoprotección rigurosa, como aquellas con antecedentes de cáncer de piel, enfermedades fotosensibles (como el lupus eritematoso sistémico) o que están en tratamientos fotosensibles, se recomienda no renunciar al protector solar. En estos casos, una alternativa segura para obtener vitamina D es la suplementación oral, que es eficaz y segura para mantener niveles adecuados de esta vitamina sin depender de la exposición al sol.
Ropa con protección UV
Como hemos visto hasta ahora, los filtros solares son muy útiles, pero debemos saber que el uso de protectores como único método de protección solar no proporciona una fotoprotección completa. En algunos casos, incluso puede ser contraproducente, ya que si la persona utiliza una buena protección anti-UVB, pero una protección anti-UVA débil, la consiguiente ausencia de quemaduras solares puede provocar una falsa sensación de seguridad y hacer que permanezca más tiempo al sol, exponiéndose durante mucho más tiempo a la radiación UVA.
Por lo tanto, siempre que sea posible, el uso de ropa con protección UV puede ofrecer una barrera física adicional que complementa el uso de protectores solares.
Esta ropa es especialmente útil para actividades al aire libre, como correr, montar en bicicleta y practicar deportes acuáticos, y también se recomienda para niños, personas con sensibilidad al sol, personas con piel muy clara, pacientes con antecedentes de cáncer de piel o para quienes simplemente buscan una protección solar más completa.
¿Qué es el UPF?
El UPF es una medida de protección similar al FPS, pero aplicada a la ropa en lugar de a los productos tópicos. La clasificación UPF indica cuántas veces el tejido reduce la exposición a la radiación UV. Por ejemplo, una prenda con UPF 50 bloquea el 98 % de los rayos UV, permitiendo que solo el 2 % llegue a la piel. La clasificación UPF se organiza en rangos:
- UPF 15 a 24: buena protección.
- UPF 25 a 39: muy buena protección.
- UPF 40 a 50+: excelente protección.
A diferencia de los protectores solares, que deben reaplicarse a lo largo del día, la ropa con UPF ofrece una protección constante y práctica.
Además de la ropa con UPF, otros accesorios, como sombreros de ala ancha, gafas de sol con protección UV y guantes, pueden proporcionar una capa adicional de protección contra el sol. Para las personas que no disponen de ropa específica con protección UV, la ropa oscura y de tejido más denso, como las camisas de manga larga de poliéster, también ofrece una buena protección.
Impacto medioambiental de los protectores solares
El impacto medioambiental de los protectores solares, especialmente los que contienen filtros químicos, se ha convertido en una preocupación creciente, sobre todo en relación con los ecosistemas marinos.
Cuando se aplican sobre la piel, los ingredientes de los protectores solares pueden desprenderse y acumularse en el agua durante actividades como nadar, bucear o incluso ducharse. Esto provoca la liberación de compuestos químicos en los medios acuáticos, con posibles consecuencias perjudiciales para organismos como los corales, los peces y otros seres marinos.
Algunos de los ingredientes químicos de los protectores solares pueden ser problemáticos para el medio ambiente, entre los que destacan:
- Oxybenzona (benzofenona-3): es un filtro UV ampliamente utilizado que se ha asociado a efectos tóxicos en los corales. En experimentos, se ha observado que la oxybenzona provoca el blanqueamiento de los corales, un proceso en el que los corales pierden sus algas simbióticas, esenciales para su supervivencia. Además, este compuesto puede causar deformidades en los corales jóvenes, afectando su crecimiento y supervivencia.
- Octinoxato: otro filtro UV común, el octinoxato también se ha asociado con el blanqueamiento de los corales y la interrupción de su desarrollo normal. Este compuesto es absorbido por muchos organismos marinos, acumulándose en los tejidos y afectando su salud.
- Octocrileno: presente en muchas formulaciones, el octocrileno también se degrada en compuestos que pueden ser tóxicos para algunos organismos acuáticos, incluidos los peces. Este filtro puede acumularse en las grasas de los peces, afectando su metabolismo y entrando potencialmente en la cadena alimentaria.
- Parabenos: utilizados como conservantes en muchos cosméticos y productos de higiene personal, los parabenos también se encuentran en algunos protectores solares. En el medio acuático, presentan un potencial de toxicidad para varias especies y pueden interferir en los procesos reproductivos.
Los estudios demuestran que estos compuestos no se degradan fácilmente en el medio marino y pueden acumularse con el tiempo. En regiones turísticas con gran actividad acuática, como zonas de buceo y playas populares, la concentración de estos productos puede ser significativa, lo que aumenta el impacto ambiental local. Esta acumulación también afecta a la cadena alimentaria marina, ya que los pequeños organismos absorben estos compuestos, que luego son consumidos por peces más grandes, generando efectos en cascada en el ecosistema.
En los últimos años, han aparecido opciones de protectores solares considerados «reef-safe» (seguros para los arrecifes), formulados sin los ingredientes químicos más perjudiciales para el medio marino, como la oxibenzona y el octinoxato. Estos protectores suelen utilizar filtros físicos, como el dióxido de titanio y el óxido de zinc, que son menos tóxicos para los corales y tienen menos probabilidades de causar daños medioambientales. Además, se recomienda el uso de filtros físicos que no contengan nanopartículas, ya que aún existen dudas sobre el impacto de estas partículas extremadamente pequeñas en la vida marina.
Dada la creciente evidencia de los impactos negativos de los protectores solares convencionales en el medio ambiente, algunas regiones han adoptado medidas para regular el uso de estos productos:
- Hawái: en 2018, Hawái se convirtió en el primer estado de los Estados Unidos en prohibir la venta de protectores solares que contienen oxibenzona y octinoxato. La ley tiene por objeto proteger los arrecifes de coral locales.
- México y zonas de las Islas Vírgenes: se han aplicado prohibiciones similares en regiones turísticas con arrecifes de coral sensibles.
- Unión Europea: aunque no existe una prohibición total, la Unión Europea exige que los ingredientes de los protectores solares se sometan a pruebas de seguridad medioambiental y ha introducido normativas que fomentan el uso de sustancias menos nocivas para el medio ambiente.
¿Puede el protector solar ser perjudicial para la salud?
La cuestión de los posibles efectos de los protectores solares sobre la salud humana ha sido ampliamente estudiada y debatida, y se han planteado algunas preocupaciones sobre la seguridad de ciertos ingredientes. Sin embargo, la mayor parte de las pruebas científicas disponibles hasta la fecha no indican riesgos significativos en el uso regular y recomendado de los protectores solares, especialmente en comparación con los beneficios que aportan en la prevención del cáncer de piel y en la lucha contra el envejecimiento prematuro.
Estudios más recientes han demostrado que ciertos ingredientes de los protectores solares, especialmente los filtros químicos como la oxibenzona, la avobenzona, el octocrileno y el homosalato, pueden ser absorbidos por la piel y detectados en la sangre después de su uso. En 2019, la FDA (Food and Drug Administration) de EE. UU. llevó a cabo un estudio que encontró concentraciones superiores a los niveles considerados seguros para los estudios toxicológicos, lo que suscitó preocupación. Sin embargo, el hecho de que estos ingredientes se absorban no significa necesariamente que sean perjudiciales.
Nota: actualmente, la FDA estadounidense está investigando los posibles efectos de las siguientes sustancias de los protectores solares químicos: ensulizol, octisalato, homosalato, octocrileno, octinoxato, oxibenzona, avobenzona, cinoxato, dioxibenzona, meradimato, padimato O y sulisobenzona.
Aunque la FDA está solicitando más datos sobre estas sustancias, no clasifica estos ingredientes como inseguros ni recomienda que el público deje de usar protectores solares que contengan cualquiera de estos ingredientes. Hasta el momento, no hay evidencia de efectos nocivos.
Los protectores solares con filtros físicos, como el dióxido de titanio y el óxido de zinc, suelen utilizar nanopartículas para mejorar la transparencia y la aplicabilidad del producto. Esto ha suscitado preocupación sobre la posibilidad de que estas partículas penetren en la piel y causen daños. Sin embargo, la mayoría de las pruebas sugieren que las nanopartículas de dióxido de titanio y óxido de zinc no penetran en las capas más profundas de la piel.
En general, las pruebas científicas actuales respaldan el uso de protectores solares como medida segura y eficaz para prevenir el cáncer de piel y el fotoenvejecimiento. Las principales autoridades sanitarias, como la FDA, la Sociedad Brasileña de Dermatología (SBD) y la Academia Americana de Dermatología (AAD), siguen recomendando el uso de protector solar para todas las personas, independientemente de su edad o tipo de piel, especialmente para aquellas con alto riesgo de exposición al sol.
Para quienes les preocupan los filtros químicos, una opción segura y ampliamente recomendada es el uso de protectores solares físicos, como los que contienen dióxido de titanio y óxido de zinc, que tienen un historial de seguridad bien documentado y son ideales para pieles sensibles.
Preguntas frecuentes
¿Existen diferencias relevantes entre los protectores solares FPS 50, 60 y 70?
No demasiadas. Los FPS 50, 60 y 70 ofrecen una protección muy alta, pero la diferencia práctica entre ellos es muy pequeña.
SPF 50: bloquea aproximadamente el 98 % de los rayos UVB. Este factor ofrece una protección alta y está indicado para personas con piel muy sensible o para exposiciones prolongadas al sol.
FPS 60: bloquea aproximadamente el 98,3 % de los rayos UVB. El incremento de protección respecto al FPS 50 es mínimo, pero, aun así, es un poco más eficaz y puede estar indicado para personas con piel muy clara o que necesitan una protección intensa.
FPS 70: bloquea aproximadamente el 98,5 % de los rayos UVB. Una vez más, el aumento de protección con respecto al SPF 60 es pequeño. Los protectores con un SPF muy alto son útiles en situaciones de exposición extrema al sol, como en entornos nevados, a gran altitud o en actividades al aire libre de larga duración.¿Cuál es el mejor protector solar para el rostro?
Depende. La elección del mejor protector solar para el rostro depende de su tipo de piel y de sus necesidades específicas.
Al elegir un protector solar para el rostro, tenga en cuenta factores como el FPS 50+, la protección fuerte contra los rayos UVA y UVB, la adecuación a su tipo de piel (seca, grasa, mixta o sensible) y la presencia de ingredientes adicionales que satisfagan sus necesidades específicas, como control de la grasa, hidratantes o acción antioxidante.
Ingredientes como los antioxidantes (vitamina C, vitamina E) y el ácido hialurónico ayudan a combatir los radicales libres y a mantener la hidratación, previniendo las arrugas y las líneas de expresión. La niacinamida es calmante y ayuda a reducir el enrojecimiento. Algunas buenas opciones son ISDIN Foto Ultra Age Repair y La Roche-Posay Anthelios AOX FPS 60, que combinan protección con acción antienvejecimiento.
Siempre es recomendable consultar a un dermatólogo para obtener una indicación personalizada para la piel de su rostro.
Si desea proteger realmente su rostro de los efectos nocivos del sol, las gafas de sol y los sombreros de ala ancha son tan importantes como el protector solar.¿Cuál es el mejor protector solar para el rostro con manchas?
Para el rostro con manchas, un protector solar con FPS 50+, protección UVA (amplio espectro) e ingredientes como la niacinamida o la vitamina C puede ayudar, ya que además de proteger, ayuda a aclarar y uniformar el tono de la piel. Algunos ejemplos son Vichy Idéal Soleil Clarify FPS 60 y La Roche-Posay Anthelios Pigmentation FPS 60.
¿Cuál es el mejor protector solar para la piel grasa?
Para la piel grasa, lo ideal es un protector solar sin aceite, de textura ligera y acabado mate (sin brillo), que controle la grasa sin obstruir los poros.
Algunas opciones son: Eucerin Sun Gel-Creme Oil Control FPS 60, La Roche-Posay Anthelios Airlicium FPS 70 o ISDIN Fusion Water Oil Control FPS 60.
Nota: no recibimos patrocinio ni beneficio económico o de otro tipo de los fabricantes mencionados. Son solo ejemplos y hay muchas otras marcas y productos que pueden tener un efecto similar. Recomendamos siempre que cualquier producto dermatológico sea recomendado por su dermatólogo.
Referencias
- Sunscreen FAQs – American Academy of Dermatology Association.
- Selection of sunscreen and sun-protective measures – UpToDate.
- Photoprotection – Journal of the American Academy of Dermatology.
- Ultraviolet filters in the United States and European Union: A review of safety and implications for the future of US sunscreens – Journal of the American Academy of Dermatology.
- Sunscreens and Photoaging: A Review of Current Literature – American journal of clinical dermatology.