¿Qué es una persona narcisista?
El término narcisista puede utilizarse de dos formas:
- En el lenguaje médico, para describir un trastorno psiquiátrico conocido como trastorno de la personalidad narcisista.
- En el lenguaje coloquial, el término narcisista puede aplicarse a personas con algunos rasgos del trastorno de la personalidad narcisista, como el egocentrismo y la arrogancia, pero que no cumplen necesariamente con los criterios para el diagnóstico de la enfermedad psiquiátrica.
En este artículo explicaremos el trastorno de la personalidad narcisista.
¿Qué es el trastorno de la personalidad narcisista?
El trastorno de la personalidad narcisista está definido por el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, Quinta Edición (DSM-5) como un patrón dominante de grandiosidad (en la fantasía o en el comportamiento), necesidad de admiración y falta de empatía, que comienza al inicio de la edad adulta.
Las personas con este trastorno presentan una percepción exagerada de su propia importancia y un profundo deseo de recibir atención y admiración excesivas. Además, con frecuencia carecen de empatía hacia los demás y pueden explotar las relaciones interpersonales en beneficio propio.
A menudo, las personas narcisistas sobrestiman sus capacidades y exageran sus logros, adoptando una actitud arrogante y pretenciosa. Suelen asumir de manera optimista que los demás valoran sus esfuerzos tanto como ellas y se sorprenden cuando no reciben los elogios que esperan y creen merecer. Generalmente, detrás de estas valoraciones infladas de sus propios logros, existe una tendencia a minimizar o desvalorizar las contribuciones ajenas.
Las personas con este trastorno suelen demandar una admiración desmesurada. Su autoestima es, por lo general, muy frágil. Tienden a preocuparse en exceso por su desempeño y por la imagen que proyectan ante los demás. Esto suele manifestarse como una necesidad constante de atención y elogios.
En resumen: el trastorno de la personalidad narcisista es una condición mental en la que la persona tiene una percepción inflada de su propia importancia, una necesidad profunda de admiración y una falta de empatía hacia los demás. A pesar de una apariencia de extrema autoconfianza, la autoestima de estas personas es frágil y vulnerable ante la menor crítica.
Criterios diagnósticos
Específicamente, el DSM-5 enumera los siguientes criterios para el diagnóstico del trastorno de la personalidad narcisista:
- Grandiosidad con expectativas de ser reconocido como superior sin logros proporcionales.
- Preocupación por fantasías de éxito ilimitado, poder, brillantez, belleza o amor ideal.
- Creencia de ser especial y único, y de que solo puede ser comprendido o debería relacionarse con otras personas (o instituciones) especiales o de alto estatus.
- Necesidad excesiva de admiración.
- Sentido de derecho, es decir, expectativas irracionales de recibir un trato especialmente favorable o de que los demás cumplan automáticamente sus expectativas.
- Explotación interpersonal, es decir, aprovecharse de los demás para alcanzar sus propios fines.
- Falta de empatía: resistencia a reconocer o identificarse con los sentimientos y necesidades de los demás.
- Envidia hacia los demás o creencia de que los demás le envidian.
- Comportamientos o actitudes arrogantes y altaneras.
Para ser diagnosticado con trastorno de la personalidad narcisista, un individuo debe cumplir al menos cinco de estos criterios. Este trastorno puede causar problemas significativos en las relaciones sociales y laborales, y las personas que lo padecen con frecuencia no reconocen que su comportamiento es problemático, lo que puede dificultar considerablemente el tratamiento.
¿Quiénes están en riesgo de desarrollar el trastorno de la personalidad narcisista?
La prevalencia del trastorno de la personalidad narcisista varía entre estudios, pero se estima que afecta del 1 % al 6,2 % de la población general. Una investigación nacional en Estados Unidos con 35.000 participantes encontró una tasa de prevalencia a lo largo de la vida del 6,2 %, siendo más común en hombres (7,7 %) que en mujeres (4,8 %). El trastorno también es más prevalente entre adultos jóvenes, personas solteras y ciertos grupos étnicos, como hombres afroamericanos y mujeres hispanas.
Las causas y factores de riesgo del trastorno de la personalidad narcisista no se comprenden por completo, pero se cree que una combinación de influencias genéticas, ambientales y experiencias infantiles contribuye a su desarrollo.
Desde el punto de vista genético, existen evidencias que sugieren un componente hereditario en el trastorno. Rasgos de personalidad heredados, como la sensibilidad emocional o la tendencia al egocentrismo, pueden predisponer a una persona al desarrollo de características narcisistas, especialmente cuando está expuesta a ciertos entornos.
Las experiencias infantiles desempeñan un papel significativo. Los niños que reciben una admiración excesiva sin un equilibrio realista pueden desarrollar una percepción inflada de sí mismos. Por otro lado, aquellos que enfrentan críticas constantes, desvalorización, negligencia o abuso físico y emocional pueden desarrollar sentimientos de inadecuación que intentan compensar mediante comportamientos de grandiosidad. Dinámicas familiares disfuncionales, en las que los padres son excesivamente permisivos o establecen expectativas poco realistas, también pueden influir en el desarrollo de rasgos narcisistas en los hijos.
Los factores ambientales y sociales, como las presiones culturales que valoran excesivamente el éxito, el estatus y la apariencia, pueden fomentar comportamientos narcisistas al reforzar la necesidad de admiración y reconocimiento. Además, las influencias de los pares, especialmente durante la adolescencia, en grupos sociales que enfatizan la competitividad y la superioridad, pueden moldear actitudes narcisistas.
También son relevantes los factores psicológicos internos. A pesar de su apariencia de confianza extrema, muchas personas con trastorno de la personalidad narcisista luchan con sentimientos de inseguridad y vulnerabilidad, utilizando la grandiosidad como mecanismo de defensa. Las dificultades de apego, derivadas de problemas en el establecimiento de vínculos seguros durante la infancia, pueden afectar la capacidad de formar relaciones saludables, lo que contribuye a la falta de empatía y a la necesidad constante de admiración.
Comorbilidades
El trastorno de la personalidad narcisista con frecuencia se presenta junto con otros trastornos mentales. Los más comunes son:
- Trastornos del estado de ánimo: 49,5 % (incluyendo depresión mayor y trastorno bipolar).
- Trastornos de ansiedad: 54,7 %.
- Trastornos por uso de sustancias: 64,2 %.
- Otros trastornos de la personalidad: 62,9 % (especialmente el trastorno límite de la personalidad).
Síntomas
Los criterios diagnósticos del trastorno de la personalidad narcisista descritos anteriormente ya proporcionan una buena idea de los principales síntomas de la enfermedad. No obstante, para facilitar la comprensión, podemos resumir el cuadro clínico del trastorno de la siguiente manera:
Características centrales
- Grandiosidad: sentimiento exagerado de autoimportancia y superioridad. Puede manifestarse de forma evidente o estar enmascarado por sentimientos de inferioridad.
- Necesidad excesiva de admiración: búsqueda constante de atención y elogios. La falta de reconocimiento puede desencadenar sentimientos de desprecio y enojo.
- Relaciones superficiales y explotadoras: las relaciones están basadas en beneficios personales, como ganancias materiales o aumento de la autoestima.
- Falta de empatía: dificultad o incapacidad para reconocer e identificarse con las necesidades y sentimientos de los demás.
- Trastorno de identidad: autoestima frágil que depende del mantenimiento de una imagen de excepcionalidad.
- Dificultades de apego y dependencia: las relaciones son utilizadas para reforzar la autoimagen, evitando la intimidad genuina.
- Sentimientos crónicos de vacío y aburrimiento: estados emocionales negativos que surgen cuando no hay gratificación narcisista, es decir, cuando no se obtiene la admiración, atención o validación externa que se busca constantemente.
- Vulnerabilidad ante transiciones vitales: los desafíos en etapas importantes de la vida, como el inicio de la carrera profesional o el envejecimiento, pueden exacerbar los síntomas.
Subtipos
- Subtipo altamente funcional: individuos que, a pesar de presentar rasgos narcisistas, logran funcionar adecuadamente en ciertas áreas de la vida. Son competitivos, arrogantes y buscan admiración, pero pueden alcanzar éxito profesional.
- Subtipo grandioso/exhibicionista: se caracteriza por una arrogancia abierta, necesidad constante de admiración y ausencia aparente de ansiedad. Pueden parecer encantadores en la superficie, pero presentan grandes dificultades con la intimidad.
- Subtipo vulnerable/encubierto: presentan ansiedad, sentimientos de inadecuación e hipersensibilidad a la crítica. La grandiosidad está encubierta por una profunda sensación de inferioridad.
El trastorno de la personalidad narcisista está asociado con un riesgo significativo de comportamiento suicida, especialmente en el subtipo vulnerable. Factores como cambios vitales, pérdidas personales y consumo de sustancias pueden aumentar este riesgo.
Tratamiento
Enfoque inicial
Los pacientes con trastorno de la personalidad narcisista pueden presentar comportamientos que dificultan el tratamiento médico, agotan a los profesionales de la salud y consumen tiempo y recursos tanto de la familia como del propio paciente.
Mantener una actitud no juzgadora e inquisitiva es esencial, evitando respuestas defensivas o agresivas. Confrontar directamente la grandiosidad del paciente puede ser contraproducente; en su lugar, resulta más eficaz utilizar sus propias palabras siempre que sea posible, lo que facilita la aceptación de las recomendaciones clínicas. Además, es importante abordar de forma gradual los sentimientos negativos que el paciente pueda tener respecto al tratamiento y al terapeuta, promoviendo una mayor comprensión y manejo de esas emociones.
Al hablar del diagnóstico, se recomienda compartir información sobre los síntomas y características de los trastornos de personalidad en general, sin nombrar de inmediato el “trastorno de la personalidad narcisista”.
Enfocarse en las disfunciones centrales que caracterizan estos trastornos, como las dificultades con la autoestima, los problemas de intimidad y los sentimientos de vacío, puede ser un enfoque más eficaz. Un diálogo neutro sobre la enfermedad, sus efectos y las opciones de tratamiento constituye un primer paso para desarrollar una alianza terapéutica sólida. Es importante evitar etiquetar al paciente prematuramente con el diagnóstico, esperando hasta que esté más receptivo o que la relación terapéutica se haya estabilizado.
Psicoterapia como tratamiento de primera línea
La psicoterapia es el tratamiento de primera elección para el trastorno de la personalidad narcisista. Los principales objetivos incluyen:
- Abordar las distorsiones cognitivas y emocionales que surgen en la relación terapeuta-paciente.
- Enfocarse en la resolución práctica de problemas y el establecimiento de metas realistas.
- Ayudar al paciente a desarrollar la capacidad de reflexionar sobre sí mismo y sobre los demás.
- Combinar terapia individual y grupal, enfatizando tanto la aceptación como el cambio.
- Identificar, comprender y modificar patrones negativos de pensamiento, emoción y comportamiento originados en las experiencias infantiles.
Medicamentos
Aunque la psicoterapia es el tratamiento de primera línea para el trastorno de la personalidad narcisista (TPN), en casos de síntomas graves o persistentes se puede considerar el uso de medicamentos para tratar manifestaciones específicas. No existen fármacos aprobados específicamente para el TPN, pero algunas clases de medicamentos pueden utilizarse para abordar ciertos síntomas asociados:
- Estabilizadores del estado de ánimo: medicamentos como el litio, la lamotrigina o el ácido valproico pueden ayudar a controlar la desregulación afectiva, la irritabilidad y la impulsividad.
- Antipsicóticos de segunda generación (atípicos): fármacos como la risperidona, la olanzapina, el aripiprazol o la quetiapina pueden ser prescritos en dosis bajas para tratar síntomas como agresividad, impulsividad severa o alteraciones cognitivo-perceptivas.
- Antidepresivos: inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), como la sertralina, el escitalopram y la fluoxetina, pueden utilizarse si hay síntomas de depresión o ansiedad (ver también: Antidepresivos ISRS).
Es importante destacar que el uso de medicamentos en el TPN tiene como objetivo tratar síntomas específicos y no el trastorno en sí mismo. La farmacoterapia debe ir siempre acompañada de psicoterapia y estar supervisada por un profesional de salud mental calificado. Cada paciente es único, por lo que el tratamiento debe personalizarse de acuerdo con sus necesidades individuales.
Referencias
- Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, Quinta Edición (DSM-5).
- Narcissistic personality disorder: Epidemiology, pathogenesis, clinical manifestations, course, assessment, and diagnosis – UpToDate.
- Narcissistic personality disorder: Treatment overview – UpToDate.
- Narcissistic personality disorder: Challenges and therapeutic alliance in primary care – The Nurse practitioner.