8 síntomas de la hepatitis (viral o no)

Dr. Pedro Pinheiro

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Introducción

Pese a que la mayoría de las personas cree que la hepatitis es una enfermedad única, este término, en realidad, se refiere a cualquier situación en que ocurra inflamación del hígado.

Muchas enfermedades y complicaciones pueden causar hepatitis, por ejemplo, uso de drogas, medicamentos, exceso o uso crónico de alcohol, productos químicos, enfermedades autoinmunes, infecciones por diversos tipos de virus o acumulación de grasa en el hígado.

En este texto abordaremos las principales señales y los síntomas de la hepatitis. Vamos a dar énfasis a la hepatitis aguda, pues los pacientes con hepatitis crónica suelen pasar años asintomáticos, desarrollando síntomas solo cuando ya hay señales de cirrosis.

Signos y síntomas de la hepatitis

Aunque las causas de la hepatitis aguda son varias, sus síntomas acaban siendo muy similares, ya que al final todo se reduce a un hígado inflamado que no puede funcionar correctamente.

Icterícia

La ictericia es probablemente el síntoma más característico de las hepatitis. Damos el nombre de ictericia a la coloración amarilla de la piel, ojos y mucosas provocada por la acumulación en la sangre de una sustancia llamada bilirrubina.

ictericia

Vamos a explicar en algunas líneas qué es la bilirrubina, pues varios síntomas de la hepatitis son provocados por su acumulación en el organismo.

Nuestros hematíes (glóbulos rojos) viven un promedio de 120 días, y son destruidos en el bazo cuando están viejos. Uno de los elementos liberados por el hematíe cuando está destruido es la bilirrubina, un pigmento amarillo-verdoso.

Diariamente, millones de hematíes viejos son destruidos en el bazo, provocando una liberación constante de bilirrubina hacia la sangre. Para que esta bilirrubina no se acumule en el cuerpo, este necesita eliminarla de algún modo. Es en este momento que entra en acción nuestro hígado.

Uno de los papeles del hígado es captar esta bilirrubina circulante en la sangre, metabolizarla y excretarla en dirección a los intestinos para que sea eliminada en las heces.

En los cuadros de hepatitis, el hígado se encuentra inflamado y enfermo, perdiendo la capacidad de metabolizar y eliminar la bilirrubina que es constantemente producida por el bazo. Por lo tanto, es muy común, en los cuadros de hepatitis, la acumulación de bilirrubina en la sangre. Este exceso de bilirrubina acaba extravasándose a la piel y mucosas, provocando una apariencia amarillenta.

Ictericia

La ictericia es una señal típica de la hepatitis, pero puede también surgir en otras enfermedades del hígado, como cirrosis o síndrome de Gilbert, en infecciones, como fiebre amarilla o leptospirosis, o cuando hay destrucción masiva de hematíes, un cuadro llamado de hemólisis.

Para obtener más detalles sobre la ictericia, lea: Ictericia: qué es, causas, síntomas y tratamiento.

Heces claras

La presencia de heces claras, casi blancas, es llamada de acolia fecal, siendo también una señal común de la hepatitis.

El origen de la acolia fecal es el mismo que el de la ictericia. La bilirrubina es la sustancia responsable por la coloración marrón de las heces. Si el hígado se encuentra inflamado y funcionando mal, la bilirrubina que llega hasta él no logra ser metabolizada ni excretada en dirección a las heces, impidiendo que el bolo fecal tenga su coloración característica.

Orina oscura

La orina oscura es otra señal de la hepatitis que ocurre debido a la acumulación de bilirrubina en la sangre.

El papel de los riñones en nuestro organismo es el de filtrar la sangre, eliminando sustancias innecesarias o en exceso. Y es exactamente eso lo que hacen los riñones en los pacientes con ictericia: excretan el exceso de bilirrubina, que, por ser un pigmento oscuro, acaba oscureciendo la orina, dejándola con “color de Coca-Cola”.

Comezón difusa en la piel

La ictericia viene frecuentemente asociada a la comezón, pues la bilirrubina depositada en la piel causa irritación de las terminaciones nerviosas.

Muchas veces el paciente con hepatitis tiene una ictericia leve, lo que puede pasar desapercibido, principalmente si el individuo tiene piel más oscura. Por lo tanto, en algunos casos, la acumulación de bilirrubina en la piel se manifiesta más como una comezón difusa y aparentemente sin explicación que como una piel amarillenta.

Dolor abdominal

La inflamación de la hepatitis aguda puede causar una hinchazón del hígado, provocando dolor en el mismo. El dolor de la hepatitis está localizado, característicamente, en el cuadrante superior derecho del abdomen, justo debajo de las costillas, exactamente en la parte donde se encuentra el hígado. En algunos casos, el hígado puede estar hinchado, pudiendo palparse a través del examen del abdomen.

Malestar

La hepatitis siempre causa un cuadro poco específico de malestar, que puede incluir diversos síntomas, como debilidad, cansancio fácil, pérdida del apetito, dolor muscular, dolor articular, diarrea, manchas rojas en el cuerpo, náuseas y vómitos.

Si el paciente no desarrolla ictericia, el diagnóstico de hepatitis puede no ser pensando al principio, pues el cuadro acaba pareciéndose con un virus inespecífico o una intoxicación alimentaria.

Fiebre

Otra manifestación común de la hepatitis, pero muy poco específica, es la fiebre. La fiebre de la hepatitis es típicamente baja y suele estar acompañada de algunos síntomas inespecíficos descritos en el ítem anterior.

Insuficiencia hepática aguda

Raras veces, el cuadro de hepatitis puede manifestarse como una falencia aguda del hígado, llamada de hepatitis fulminante. La inflamación es tan intensa que el hígado, un órgano vital, deja de funcionar por completo, lo cual lleva a un cuadro catastrófico.

Los enfermos con hepatitis fulminante pueden presentar una variedad de complicaciones, como reducción del nivel de conciencia, coma, edema cerebral, insuficiencia renal aguda, hipoglucemia grave, hemorragias espontáneas y falencia de múltiples órganos.

El único tratamiento efectivo para estos casos es el trasplante de hígado urgente.


Referencias


Autor(es)

Médico licenciado por la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ), con títulos de especialista en Medicina Interna por la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ) y de Nefrología por la Universidad Estadual de Río de Janeiro (UERJ) y por la Sociedad Brasileña de Nefrología (SBN). Actualmente vive en Lisboa, Portugal, tiene títulos reconocidos por la Universidad de Oporto y por el Colegio de Nefrología de Portugal.

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