14 signos y síntomas del cáncer

Dr. Pedro Pinheiro

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¿Qué es el cáncer?

El cáncer es una grave enfermedad que surge cuando alguna célula de nuestro organismo sufre una mutación, pierde sus características naturales y pasa a multiplicarse de forma desordenada, invadiendo órganos y vasos sanguíneos.

Cáncer es un término genérico que se aplica a más de 100 enfermedades diferentes. Cada tipo de cáncer presenta causas, evolución, agresividad, síntomas y tratamientos completamente distintos. Apenas como analogía, podemos decir que dos cánceres diferentes como la leucemia y el cáncer de piel tienen muchas semejanzas con la neumonía y el tétanos, ambas enfermedades infecciosas causadas por bacterias.

Por eso, cuando los pacientes buscan informaciones en Internet sobre «síntomas del cáncer», difícilmente encontrarán lo que desean. Cada tipo de cáncer tiene síntomas distintos. No hay un síntoma característico del cáncer que sea común a todos los tipos. Lo que la mayoría de los cánceres suele manifestar son señales y síntomas que no son específicos de dicha enfermedad, como adelgazamiento, cansancio, dolor en el cuerpo, etc., síntomas que pueden ocurrir también en centenas de otras enfermedades.

En el artículo de hoy, vamos a citar los 14 síntomas del cáncer más comunes que suelen presentar las personas que reciben el diagnóstico del cáncer. Recuerde que la posibilidad de cura de cualquier tipo de cáncer es mayor si éste es detectado precozmente. Si usted presenta algunas señales y síntomas que serán descritos abajo, busque atención médica, no se quede a la espera de una mejora espontánea con el paso del tiempo. Si fuera un cáncer, la espera puede hacerle perder el tiempo ideal para el tratamiento. El recurrente pensamiento «esperaré a ver qué sucede» puede transformarse en un «esperé mucho y perdí la posibilidad de curarme».

Señales y síntomas del cáncer

Lesiones de la piel

El cáncer más común en todo el mundo es el cáncer de piel. Por lo tanto, una lesión en la piel tal vez sea la señal o el síntoma que más habitualmente indica la presencia de un cáncer.

melanoma

Dividimos los cánceres de piel en melanoma y no-melanoma, siendo el primero un grupo muy agresivo y el último más blando.

El melanoma suele presentarse como una mancha oscura en la piel de aparecimiento reciente en lugares habitualmente expuestos al sol, como espaldas, brazos, piernas y rostro. La lesión suele presentarse como un nuevo «lunar» asimétrico, con bordes irregulares y alteraciones en la tonalidad del color.

El cáncer de piel no-melanoma también surge en áreas de la piel más expuestas al sol y suele presentarse como lesiones enrojecidas, muchas veces con elevaciones y descamaciones de la piel. Una apariencia de pequeña herida que no cicatriza también es común.

Para más información sobre el cáncer de piel: Melanoma.

Nódulo en la próstata

El cáncer de próstata es el cáncer más común del sexo masculino, por eso, alteraciones en la próstata, principalmente en individuos arriba de los 50 años deben ser siempre tomadas en serio.

La señal más común del cáncer de próstata es un nódulo en la próstata encontrado durante el examen del tacto rectal o a través de una ultrasonografía.

El tumor de la próstata, si está cerca de la uretra, puede causar síntomas como chorro urinario débil, dificultad para iniciar la micción y necesidad de orinar con frecuencia, siempre pequeños volúmenes.

Algunos tumores de próstata crecen lejos de la uretra y pueden no causar síntomas hasta fases bien avanzadas de la enfermedad. Por eso, el rastreo del cáncer de próstata con el tacto rectal, el examen de PSA y la ultrasonografía son importantes en la detección precoz del tumor.

Hablamos más sobre la próstata en el artículo: CÁNCER DE PRÓSTATA – Síntomas y Tratamiento.

Nódulo en la mama

El cáncer más común en las mujeres es el cáncer de mama.

La primera señal o síntoma del cáncer de mama suele ser la aparición de un nódulo palpable en una de las mamas. Un nódulo maligno suele ser duro, de forma irregular y bien adherido a los planos profundos.

La presencia de ganglios en la axila, alteraciones en el pezón, secreción sanguinolenta y alteraciones en la textura de la piel en la mama también son señales de alerta que pueden indicar cáncer de mama.

El autoexamen de las mamas debe ser realizado mensualmente para que pequeñas anormalidades puedan ser detectadas precozmente. No obstante, no todo cáncer de mama es detectable por medio de la palpación; en realidad apenas el 10% lo son, por ello, el examen preventivo con mamografía es esencial.

Sangre en las heces

El cuarto tipo de cáncer más común es el cáncer de colon y recto.

Los dos síntomas más comunes del cáncer colorrectal son el sangrado en las heces y el estreñimiento de inicio reciente. Como mucho individuos sufren de constipación intestinal crónica, esta señal no ayuda mucho, ya que el paciente no nota mayor alteración de su patrón habitual de evacuación. La presencia de sangrado anal, por otro lado, es una señal que es más fácil de ser notada.

Es importante destacar que existen varias causas para sangrado en las heces además del cáncer de intestino. Las hemorroides, por ejemplo, son causas comunes de sangrado anal (lea: HEMORROIDES | Síntomas y tratamiento).

En el caso de cáncer de colon, cuando hay sangrado, el tumor suele estar ya bien avanzado. En las fases iniciales, el tumor puede incluso sangrar, pero lo hace en pequeñas cantidades, sin que sea perceptible a simple vista. En estos casos, el paciente puede presentar anemia con carencia de hierro, por pérdidas pequeñas pero constantes de sangre en las heces. La búsqueda de sangre oculta en las heces y la colonoscopia ayudan en el diagnóstico.

Tos con sangre

El cáncer de pulmón es otro tumor extremadamente común, apenas superado en incidencia por el cáncer de piel, tomando en cuenta hombres y mujeres juntos. El 90% de los casos de cáncer de pulmón ocurren en fumadores.

Por lo tanto, la aparición de algunas señales y síntomas en fumadores debe encender una señal de alerta. Cerca del 70% de los pacientes con cáncer de pulmón presentan tos persistente. El 50% presentan tos con esputo sanguinolento.

Es importante destacar que varias enfermedades, entre ellas la tuberculosis y la bronquitis crónica, esta última también causada por fumar, pueden manifestarse con tos y secreción sanguinolenta.

El hecho es que, independientemente de ser causada o no por un cáncer de pulmón, la presencia de tos con esputo sanguinolento casi siempre indica alguna enfermedad potencialmente grave, siendo necesaria la evaluación médica inmediata.

Sangrado vaginal

El sangrado vaginal fuera del periodo menstrual, durante la menopausia o después de la relación sexual es uno de los síntomas posibles de cáncer de cuello uterino. Una alteración del patrón menstrual, con aumento del volumen de sangre, también es una señal de alerta, principalmente en mujeres arriba de los 45 años.

La mayoría de los casos de cáncer de cuello de útero es asintomática en las fases iniciales, de ahí la importancia de los exámenes preventivos. Cuando surgen los síntomas descritos arriba, generalmente el tumor está en fase avanzada.

Una vez más cabe resaltar que existen varias causas para el sangrado vaginal, siendo esencial la evaluación médica para diferenciarlas.

Nódulo en la tiroides

Un nódulo en la tiroides es un hallazgo muy común, que acomete hasta un 1/3 de la población en general. El nódulo generalmente es asintomático, pero puede ser palpable en algunos casos. Tener un nódulo en la tiroides no suele indicar una enfermedad más grave, sin embargo cerca del 5% de los casos son en realidad un cáncer de tiroides.

La aparición de un nódulo durante la vida adulta es algo relativamente común y la mayoría de las veces no indica la presencia de un cáncer. En los niños, la presencia de un nódulo no es tan común y debe ser encarada con más cuidado. Un nódulo de tiroides en un niño tiene el doble de posibilidades de ser un cáncer cuando se compara a un nódulo en un adulto.

Por lo tanto, cualquier nódulo en la tiroides debe ser evaluado por un médico endocrinólogo para que la hipótesis de cáncer pueda ser descartada. El principal factor de riesgo para el cáncer de tiroides es la exposición a la radiación durante la infancia/juventud.

Pérdida de peso no intencional

Hay varios mecanismos responsables por la pérdida de peso en pacientes con cáncer. La anorexia y la pérdida de peso están presentes en más del 50% de los pacientes con cáncer en el momento del diagnóstico. Hasta un 35% de los pacientes con adelgazamiento sin causa aparente tienen cáncer.

El cáncer suele causar pérdida del apetito, pero el paciente puede perder peso y masa muscular sin que exista, aún, una gran reducción en su ingestión de calorías. Es decir, el paciente con cáncer adelgaza incluso si mantiene una buena ingestión de alimentos. Esta pérdida de peso ocurre por la producción de sustancias por el tejido tumoral que lleva al consumo de masa muscular y grasa. En las fases más avanzadas, el paciente con cáncer pierde el apetito y el adelgazamiento se vuelve cada más vez más evidente.

Además de la anorexia y de la acción directa de sustancias producidas por el tumor, existen también otros factores asociados a la pérdida de peso en el caso de cáncer, incluyendo dolor, distención abdominal, náuseas, vómitos, infecciones, dificultad para tragar, saciedad precoz, mala absorción de alimentos o efectos adversos de la quimioterapia o radioterapia.

Cuando el paciente presenta pérdida de peso, el cáncer causa algún otro tipo de síntoma, lo cual ayuda en su diagnóstico. En estos casos, el tumor suele ser fácilmente identificable después de una simple investigación por parte de los médicos.

Disfagia (dificultad para tragar)

La dificultad para tragar recibe el nombre de disfagia; es un síntoma común del cáncer de esófago.

cancer del esófago

La disfagia generalmente es progresiva. Inicialmente, el paciente comienza a notar que algunos alimentos más sólidos parecen quedar transitoriamente impactados en el esófago. Con el tiempo, esto comienza a incomodar más y el paciente involuntariamente da preferencia a alimentos más pastosos. En fases avanzadas, apenas se puede ingerir líquidos.

Además de la dificultad para tragar alimentos sólidos, el paciente también suele presentar episodios de asfixia y sensación de quemazón en el pecho. La presencia de reflujo gastroesofágico es un factor de riesgo para el cáncer de esófago.

Además del cáncer, existen otras enfermedades que pueden causar disfagia, entre ellas: lesiones neurológicas, reflujo gastroesofágico, acalasia, esclerodermia, entre otras.

Para más información sobre la disfagia, lea: Disfagia – Dificuldad para tragar.

Sangre en la orina

La presencia de sangre en la orina, llamada de hematuria, es una señal de que hay alguna lesión del tracto urinario, afectando generalmente riñones, uréteres, vejiga o uretra.

Muchas veces, la hematuria es microscópica, sólo siendo identificada a través de exámenes de orina (lea: ANÁLISIS DE ORINA | Examen de orina). Cuando la presencia de sangre en la orina es visible, damos el nombre de hematuria macroscópica. Los cánceres de vejiga o de riñón suelen causar hematuria visible, dejando la orina enrojecida.

Varias enfermedades pueden causar sangre en la orina, como infección urinaria, cálculo renal, glomerulonefritis, etc. El cáncer no suele ser la primera hipótesis diagnóstica en la mayoría de los casos, no obstante, debe ser considerado cuando el paciente presenta también las siguientes características:

  • Mayor de 40 años.
  • Fumador.
  • Gran cantidad de sangre en la orina.
  • Historial de uso prolongado de analgésicos.
  • Historial de radiación en la región pélvica.
  • Historial de contacto prolongado con tinta.

Hablamos más sobre la hematuria en el artículo: CAUSAS DE SANGRE EN LA ORINA – HEMATURIA.

Aumento de los linfonodos

El aumento de los linfonodos (conocidos también como ganglios), sea de forma generalizada o apenas en una región del cuerpo, puede también ser una señal de cáncer. La principal causa de la aparición de ganglios palpables son las infecciones. Algunas causan aumento generalizado de los ganglios, como tuberculosis, sífilis, mononucleosis, VIH… otras infecciones causan aumento localizado, como ganglios en el cuello en el caso de amigdalitis.

Cuando no hay una causa infecciosa obvia para el aumento de los linfonodos, el origen puede ser un cáncer. La neoplasia que más causa linfonodos difusamente es el linfoma. Algunos cánceres también causan linfonodos localizados, como los ganglios en la axila en el caso del cáncer de mama, o ganglios en el cuello en el caso de tumores de la cara y la cabeza.

Los linfonodos en la región del codo, axila o clavícula son los más asociados a la presencia de un cáncer y deben ser evaluados por un médico lo más pronto posible. Los ganglios en la región de la ingle suelen ser benignos, generalmente causado por enfermedades de transmisión sexual o heridas de depilación. No obstante, cánceres de útero, ovario, ano o pene pueden provocar el aumento de linfonodos en esta región.

Los linfonodos de origen maligno suelen ser duros y bien adheridos a los planos profundos de la piel. Los linfonodos de origen infeccioso tienen consistencia más elástica y son dolorosos. La fiebre puede estar siempre en ambos casos, pero suele ser alta en las infecciones y baja en las neoplasias malignas.

Ronquera

El surgimiento de ronquera es una señal de lesión de las cuerdas vocales. Es común en personas que abusan de la voz o después de cuadros de laringitis. Los cantantes pueden desarrollar nódulos en las cuerdas vocales que provocan alteración de la voz. Los pacientes con reflujo gastroesofágico grave también tienen riesgos de desarrollar ronquera.

El cáncer en la región de la laringe puede afectar a las cuerdas y provocar ronquera. El cigarro y el alcohol son los dos principales factores de riesgo para este cáncer. La presencia de dolor de garganta, ronquera, dificultad para tragar y adelgazamiento son señales que hablan a favor de un tumor en la región del cuello, principalmente en fumadores de hace mucho tiempo.

Anemia

La anemia es una señal muy común del cáncer y puede ocurrir en cualquier tipo de tumor. Las células tumorales suelen producir sustancias que actúan en la médula ósea, inhibiendo la producción de hematíes (glóbulos rojos), lo que conduce a la anemia.

La anemia también puede ser provocada por la pérdida de sangre, como en los casos de cáncer del intestino y del estómago. Estos tumores suelen causar sangrados que pueden provocar anemias por carencia de hierro. No siempre hay sangre visible en las heces. La pérdida de sangre puede ser pequeña, sin embargo constante, llevando al paciente a un estado anémico sin que el origen sea obvio.

Hablamos más sobre anemia en el artículo: ANEMIA – Síntomas y Causas.

Alteraciones en los testículos

El cáncer de testículo es poco común en la población general, no obstante es el tumor maligno más común en hombres entre 15 y 35 años, un grupo que no suele presentar neoplasias malignas.

El hallazgo más común en el cáncer de testículo es la presencia de una masa en el saco escrotal, que puede ser dolorosa o no, asociada a la sensación de peso y a un testículo más endurecido.

El dolor en el testículo no es de los síntomas más comunes en el cáncer, siendo la presencia de una masa palpable una señal que merece más preocupación.

Así como hacen las mujeres en el autoexamen de las mamas, todo hombre debe hacerse una evaluación periódica de su saco escrotal, en busca de masas palpables o alteraciones en la consistencia de sus testículos.

El cáncer de testículo tiene actualmente una elevada posibilidad de curación, arriba del 90% en las fases iniciales. Por lo tanto, cualquier alteración debe ser inmediatamente evaluada por un médico urólogo.

Hablamos más sobre el cáncer de testículo en el artículo: Cáncer de testículo.


Referencias


Autor(es)

Médico licenciado por la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ), con títulos de especialista en Medicina Interna por la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ) y de Nefrología por la Universidad Estadual de Río de Janeiro (UERJ) y por la Sociedad Brasileña de Nefrología (SBN). Actualmente vive en Lisboa, Portugal, tiene títulos reconocidos por la Universidad de Oporto y por el Colegio de Nefrología de Portugal.

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