Erisipela: qué es, síntomas, causas y tratamiento

Dr. Pedro Pinheiro

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¿Qué es la erisipela?

La erisipela es una enfermedad infecciosa de la piel bastante frecuente que se manifiesta a través de lesiones muy rojas, endurecidas y dolorosas. Estas lesiones, en forma de placas elevadas con márgenes bien definidos, suelen ir acompañadas de síntomas como fiebre alta, escalofríos y malestar general.

Causada principalmente por la bacteria Streptococcus pyogenes, la erisipela ataca las capas más superficiales de la piel y puede extenderse a los vasos linfáticos cutáneos superficiales. A pesar de ser una infección, es importante señalar que la erisipela no es contagiosa.

Aunque suele aparecer en las piernas y en la cara, la erisipela puede manifestarse en otras partes del cuerpo. A pesar de que puede afectar a personas de cualquier edad, es más frecuente en individuos que padecen afecciones como diabetes, obesidad o mala circulación en las venas de las extremidades inferiores.

En el lenguaje popular, la erisipela puede ser conocida por diversos nombres, como «disipela» o «fiebre de San Antonio». Independientemente de cómo se la llame, la erisipela es una enfermedad que requiere atención y comprensión.

Este artículo tiene como objetivo ofrecer una revisión exhaustiva de la erisipela, en un lenguaje sencillo, explorando sus causas, síntomas, opciones de tratamiento y medidas preventivas. Nuestro objetivo es proporcionar información valiosa para aquellos que buscan entender mejor esta condición médica, ya sea para controlar su propia enfermedad o para ayudar a cuidar de alguien que la padece.

Función protectora de la piel

La piel es el órgano más grande del cuerpo humano y desempeña un papel vital en la protección contra la invasión de gérmenes del entorno. Como un muro de una fortaleza, mantiene nuestro interior aislado y defendido.

Imagina por un momento un mundo sin piel. Nuestros órganos, tejidos profundos, nervios y vasos sanguíneos estarían en contacto directo con los microbios del entorno, lo que nos haría increíblemente vulnerables a las infecciones. No es de extrañar, por tanto, que todos los seres vivos complejos hayan evolucionado con algún tipo de tejido protector similar a la piel.

Al mismo tiempo, la piel, al estar en constante contacto con el ambiente, se convierte en el hogar de miles de millones de bacterias, hongos y virus. Estos microorganismos, que conforman la microbiota natural de la piel, son generalmente inofensivos y muchos desempeñan un papel beneficioso, ayudando a prevenir la infección por patógenos más agresivos.

Sin embargo, la situación cambia cuando la integridad de la piel se ve comprometida, como en el caso de las heridas. Incluso una pequeña lesión puede romper la barrera protectora, proporcionando a estos gérmenes la oportunidad de invadir nuestros tejidos subcutáneos. Este es el origen de las infecciones cutáneas más comunes, a menudo causadas por bacterias que viven de forma natural en nuestra piel.

La gravedad de la infección suele depender de la profundidad a la que los gérmenes consiguen penetrar en la piel. En función de este factor, pueden surgir distintos síndromes clínicos, cada uno requiriendo su propio tipo de tratamiento.

Tipos de infección cutánea

Existen varios tipos de infecciones cutáneas, algunas de las cuales ya hemos tratado en otros artículos en nuestro sitio web, como las micosis cutáneas, la foliculitis, el impétigo, el forúnculo, la erisipela, la celulitis, el ectima, los abscesos, la fascitis necrotizante y la osteomielitis.

Mira la ilustración a continuación sobre las capas de la piel. Nótese que la erisipela es la infección bacteriana de la capa más superficial de la dermis. Es más profunda que el impétigo, pero menos profunda que la celulitis.

INFECCIONES CUTÁNEAS Y DE LOS TEJIDOS PROFUNDOS

Diferencias entre erisipela y celulitis

En este artículo, la atención se centra en la erisipela, pero también es importante diferenciar esta enfermedad de otra afección similar, conocida como celulitis. Ambas son infecciones de la piel, pero existen diferencias cruciales entre ellas que merece la pena comentar.

El término “celulitis” puede causar cierta confusión, ya que se refiere a dos afecciones distintas. En primer lugar, está la celulitis más conocida, que es de orden estético: esas ondulaciones en la piel resultantes de la acumulación de líquido y grasa, especialmente en las mujeres. Esta afección se conoce en medicina como hidrolipodistrofia ginoide, y le dedicamos un artículo aparte: Celulitis: causas y tratamiento.

Sin embargo, la celulitis a la que nos referimos aquí es una infección bacteriana. Afecta a las capas más profundas de la dermis y la hipodermis, también conocidas como tejido subcutáneo.

Tanto la erisipela como la celulitis provocan lesiones de aspecto similar, por lo que a menudo resulta difícil distinguirlas. Ambas se manifiestan clínicamente con signos de infección cutánea, como enrojecimiento, calor local, dolor intenso y edema (hinchazón).

Sin embargo, existen rasgos distintivos que pueden ayudar al diagnóstico. Como la erisipela es una infección más superficial, las lesiones suelen tener un ligero relieve y bordes bien definidos. Al examinar la piel, es posible identificar claramente dónde empieza y termina la infección: la línea entre la piel enferma y la sana está bien definida.

Por otro lado, la celulitis, que afecta a tejidos más profundos, no tiene unos límites tan claros. Las lesiones tienden a ser más difusas, y a menudo es difícil determinar con precisión dónde empieza y acaba la infección. La imagen siguiente ofrece un claro ejemplo de la diferencia entre celulitis y erisipela.

Diferencias entre erisipela y celulitis.
Diferencias entre erisipela y celulitis.

En la imagen anterior, hemos seleccionado dos casos en los que la distinción entre erisipela y celulitis es fácil. Sin embargo, en la práctica clínica, las características de las lesiones no siempre son tan claras como para permitirnos diagnosticar fácilmente ambas infecciones. En caso de duda, elegimos un tratamiento que cubra ambas infecciones.

En la tabla siguiente se resumen las principales diferencias entre la erisipela y la celulitis.

ErisipelaCelulitis
Capa de piel afectadaLa erisipela generalmente afecta la dermis superficial y el tejido linfático subyacente.La celulitis afecta la dermis profunda y el tejido subcutáneo.
Síntomas en la pielÁrea de piel claramente definida que es roja, hinchada, caliente al tacto, y a menudo tiene una superficie elevada y brillante. También puede haber formación de ampollas.Área de piel roja, hinchada y dolorosa, pero los bordes de la zona afectada suelen ser menos claramente definidos que en la erisipela. La piel puede tener un aspecto más normal y la textura puede parecer más dura o firme al tacto.
Síntomas generalesEscalofríos, fiebre y malestar son comunes.También puede haber fiebre y escalofríos, pero los síntomas sistémicos pueden ser menos evidentes que en la erisipela.
CausaGeneralmente causada por la bacteria Streptococcus pyogenes.Puede ser causada por varias bacterias, pero las más comunes son Staphylococcus aureus y Streptococcus.
UbicaciónMás común en las piernas, pero puede ocurrir en cualquier parte del cuerpo.Puede ocurrir en cualquier parte del cuerpo, pero es más común en las piernas.
ComplicacionesSi no se trata, puede llevar a problemas graves como septicemia e infecciones en otras partes del cuerpo.La celulitis no tratada también puede llevar a complicaciones graves, como abscesos profundos (colecciones de pus) y sepsis.

Curiosidad: el oído es una parte del cuerpo que no tiene tejido subcutáneo, por lo tanto, una infección cutánea en la región del oído solo puede ser erisipela.

Factores de riesgo

Como ya se ha mencionado, cualquier lesión que sirva como punto de entrada para bacterias se convierte en un factor de riesgo para el desarrollo de infecciones cutáneas. Entre las más comunes podemos mencionar:

La ruptura de la barrera cutánea es un factor importante, pero no es el único. La mayoría de las personas con una lesión cutánea no desarrollan erisipela. Esto se debe a que sus sistemas inmunitarios pueden controlar las bacterias que invaden la piel a través de las heridas.

Por lo tanto, además de las lesiones cutáneas, también hay otros factores asociados a un mayor riesgo de erisipela. Estos son:

Bacterias causantes de la erisipela

La erisipela está causada en la mayoría de los casos por una bacteria llamada Streptococcus pyogenes, también conocida como estreptococo del grupo A. Este microorganismo habita de forma natural en nuestra piel y puede aprovechar cualquier herida, escoriación o perforación para invadir y provocar una infección.

Aunque el Streptococcus pyogenes es la bacteria más comúnmente asociada con la erisipela, no es la única. Otras bacterias también pueden desencadenar esta enfermedad, incluyendo otros tipos de estreptococos beta-hemolíticos, especialmente de los grupos C y G.

Es importante tener en cuenta que en los recién nacidos, la erisipela suele ser causada por estreptococos del grupo B. Además, esta misma bacteria puede ser responsable de casos de erisipela en la región perineal y en la parte inferior del tronco en mujeres durante el periodo posparto.

La celulitis suele ser causada por otra bacteria, llamada Staphylococcus aureus.

Síntomas de la erisipela

La erisipela es casi siempre unilateral. Las extremidades inferiores se ven afectadas en el 70-80% de los casos. Los brazos y la cara son otros posibles focos de infección.

Las zonas de la piel afectadas por la erisipela suelen estar muy enrojecidas, hinchadas, calientes, dolorosas y sensibles a la palpación. Existe una clara demarcación entre el tejido afectado y el no afectado, incluido un edema localizado en las zonas afectadas de la piel. A menudo, el tejido de la piel afectada está endurecido, con aspecto de “piel de naranja”. Es frecuente el aumento del tamaño de los ganglios linfáticos en la ingle y el edema linfático debido a la linfangitis (inflamación de los vasos linfáticos).

Erisipela del miembro inferior izquierdo con edema, enrojecimiento intenso y bordes bien definidos.
Erisipela del miembro inferior izquierdo con edema, enrojecimiento intenso y bordes bien definidos.

En la erisipela, los síntomas sistémicos como fiebre, sudoración y escalofríos suelen aparecer pronto, en cuanto aparecen los primeros signos de infección en la piel. Otros síntomas de infección pueden ser pérdida de apetito, náuseas, vómitos, malestar general, inapetencia y dolor de cabeza.

Algunos signos de gravedad son ampollas, úlceras y necrosis cutánea. Los casos graves, con infecciones profundas, pueden evolucionar a osteomielitis, que es la infección del hueso. Otra complicación es la endocarditis, infección de las válvulas cardiacas por bacterias que migran por el torrente sanguíneo.

Si no se trata con antibióticos, la erisipela puede evolucionar a sepsis, con un alto riesgo de muerte para el paciente.

Cuando el paciente tiene episodios de erisipela frecuentes, la destrucción de los vasos linfáticos puede provocar un edema crónico similar al que se produce en la elefantiasis (filariasis). Es una lesión muy frecuente en las personas sin hogar, sobre todo en los más ancianos. El edema linfático es una complicación típica de la erisipela recurrente.

Diagnóstico

En la erisipela clásica, no se necesitan pruebas de laboratorio para el diagnóstico o el tratamiento. El médico puede confirmar el diagnóstico únicamente a partir de las características de la lesión cutánea.

Sin embargo, si se realizan análisis de sangre, son frecuentes la leucocitosis y la elevación de la proteína C reactiva (PCR). No se suelen solicitar cultivos de sangre ni de muestras de tejido.

Las pruebas de imagen solamente se utilizan si se sospecha una infección más grave, con formación de abscesos o afectación de capas más profundas.

Tratamiento

La mayoría de los casos de erisipela pueden tratarse con antibióticos orales en régimen ambulatorio.

Para los pacientes con erisipela inequívoca que no cumplen los criterios para recibir antibióticos parenterales, deben administrarse antibióticos orales empíricos activos contra los estreptococos betahemolíticos. El tratamiento suele durar de 7 a 14 días, dependiendo de la velocidad de respuesta de la infección.

Los antibióticos más indicados para tratar la erisipela son:

  • Penicilina V potásica 500 mg por vía oral cada seis horas.
  • Amoxicilina 875 mg por vía oral cada 12 horas.
  • Cefalexina 500 mg por vía oral cada seis horas.
  • Cefadroxil 500 mg por vía oral cada 12 horas o 1 g por vía oral una vez al día.

La elección entre antibióticos orales o intravenosos debe hacerse en función de la gravedad del caso. Las lesiones en la cara, las lesiones graves o en pacientes con inmunodepresión deben tratarse preferentemente con antibióticos intravenosos.

La eritromicina, la roxitromicina o la pristinamicina pueden utilizarse en pacientes con alergia a la penicilina.

Además de los antibióticos, el reposo y la elevación de la extremidad afectada son importantes porque ayudan a reducir la hinchazón y aliviar el dolor. También son útiles las compresas frías, los analgésicos para aliviar las molestias locales y las medias de compresión.

Los pacientes suelen mostrar una mejoría sintomática entre 24 y 48 horas después de iniciar el tratamiento antimicrobiano, aunque la mejoría visible de las manifestaciones cutáneas puede tardar 72 horas o más.

En los casos de erisipela recurrente en los que no pueden controlarse los factores de riesgo, puede estar indicado el tratamiento profiláctico con una dosis de penicilina benzatina (benzetacil) cada 4 semanas durante 6 a 24 meses.


Referencias


Autor(es)

Médico licenciado por la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ), con títulos de especialista en Medicina Interna por la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ) y de Nefrología por la Universidad Estadual de Río de Janeiro (UERJ) y por la Sociedad Brasileña de Nefrología (SBN). Actualmente vive en Lisboa, Portugal, tiene títulos reconocidos por la Universidad de Oporto y por el Colegio de Nefrología de Portugal.

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